Con inusitada urgencia, desde el Palacio Nacional, se busca respaldar a la pre candidata de Morena, ofrecen y prometen
las perlas del tesoro. Desesperados al ver que la seleccionada no prende, se han dado a la tarea de arrimarle pura leña de pirul, que no arde.
Ahora resulta que un grupo de ex priistas, han conformado la “Alianza Progresista,” pura pólvora mojada. Ninguno de los que ahora se suben al tren de Claudia Sheinbaum Pardo, tiene bases que los respalden.
Montados en un discurso que “coincidentemente” se parece mucho a lo que, desde el partido en el poder, arguyen en contra de Xóchitl.
Una argumentación que pareciera dictada, balbucean no buscar chamba, ni hueso, sólo el bienestar de México.
Eruviel Ávila ex gobernador del Estado de México, (EDOMEX), quien después de concluir su mandato y relevado por Del Mazo Maza, su andar por el Senado, dejo mucho que desear.
Alejandro Murat, entregó la plaza, y aunque ya se veía Embajador, al parecer el que otorga esos cargos ni lo ha mirado.
Carlos Ramírez Marín el yucateco que no obtuvo la candidatura por ningún partido político, al parecer no reunía ni el voto de su familia.
Los “aliancistas,” que ya habían dejado al PRI, no dañan a su ex partido, ni un raspón, ciertamente, tanto Morena como las mañaneras lo usarán para atacar al otrora partidazo.
Pero ninguno de esos políticos, practican la santidad, son profesionales, que han estado sujetos a presiones, y algunos de ellos hasta las han practicado en sus tareas de gobierno.
Algo recibirán a cambio, la urgencia de hacer creer que la pre campaña morenista avanza y va de lujo, es un indicador de lo contrario.
Pero a la par, la destrucción de las instituciones garantes del libre ejercicio del voto, sus resultados, pero antes su organización han sido morenizados, asaltados por el ejecutivo.
Los constantes y rabiosos ataques desde las “mañaneras” poco a poco han mermado al Instituto Nacional Electoral, (INE), al Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, (TEPJF), que a seis meses de las elecciones en las que se elegirá a quien ocupará el lugar del hoy dueño del Palacio, ya las divisiones y los desacuerdos son inocultables.
La democracia vive horas de peligro, junto a la democracia, las libertades que hasta hoy gozamos, están en grave riesgo.
De ninguna manera es exagerado sostener, que mientras las oposiciones hacen cálculos, el partido oficial penetra las instituciones clave de nuestra democracia.
Para el presidente, es ya obsesión desmantelar a todo organismo que le represente un contrapeso, una contrariedad.
En la arena pre electoral, la compra de encuestas a modo, la compra de plumas y voces, el acarreo de “personalidades” a la pre campaña de Claudia, son prioridad.
Al presidente le urge que su partido siga gobernando, que sean los de casa quienes le tapen los boquetes y hoyos negros que el mal manejo de las finanzas públicas, ha hecho su administración.
El señor del Palacio Nacional no es capaz de ver más allá del medio metro del horizonte nacional, poco le importan los pobres. Se importa él y sus ridiculeces, que nos cuestan una billonada a los mexicanos.
López Obrador no teme ser encarcelado, sabe que no sucederá, aún ganando Fuerza y Corazón por México, tiembla por sus hijos y amigos que han disfrutado de la corrupción, el influyentismo y el nepotismo. Hasta la próxima.
Hasta la próxima.
Jesús Corona Osornio
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Periodista, Psicoanalista, Director de Analítica Lacaniana, autor de El Acento Periodismo. Miembro de la Academia Nacional de Periodistas de Radio y Televisión. con más de 37 años ejerciendo el periodismo en México.