México tiene un presidente, altanero, rencoroso, rupestre, intelectualmente limitado, vengativo, vulgar ambicioso,
enfermo de poder, narcisista, ególatra y farsante. Faltaría espacio en esta columna, para terminar con los adjetivos, los mencionados párrafos arriba, se han repetido “ad infinitum”. Sin dudas lo describen.
El ciudadano presidente, cada mañana le hace daño a la democracia, y quienes debieran cuidarla, protegerla, se han vuelto cómplices de las atrocidades cometidas desde el poder.
AMLO, no permite, no tolera la crítica, ataca sin piedad a quienes osen reportar las realidades que evade con maestría.
Los golpes bajos desde la presidencia, los medios (los dueños), tratan de ocultarlos, temerosos del castigo que les imponga el jefe de la mafia en el poder.
Hasta aquí, todas verdades, de “Perogrullo”, nada nuevo bajo el sol mexicano, pero, faltaría hablar de complicidades ilegales, por debajo de la mesa.
El crimen organizado ha ido tejiendo su avance por extensas zonas, municipios, ellos son los que cogobiernan, en diversos municipios, ante la mirada inconmovible de la Guardia Nacional y el Ejército.
López Obrador, se ríe de las tragedias ocasionadas por el CO, y presume cifras en las que según se afirma las muertes derivadas de la violencia criminal, han disminuido. Cinismo total.
Jóvenes secuestrados, asesinados, utilizados en tareas criminales, niños obligados a trabajar con ellos, madres buscadoras asesinadas, desaparecidas, miles de seres humanos en este sexenio, no han vuelto a sus hogares, el Estado ausente, ciego.
Han generado una numeralia para favorecer al régimen, es decir han bajado los índices reales de desaparecidos, todo para que Andrés Manuel no quede mal.
La corrupción a tope, altos mandos del Ejercito se han hecho millonarios de la noche a la mañana, incluido el General Secretario de la Defensa Nacional.
El CO se apodera de los vacíos que ha dejado la seudo política pública de los “abrazos, no balazos”, hoy los balazos retumban por casi todo el territorio nacional.
Casualmente, la violencia, el cobro de piso, el incremento de los vendedores de droga se sube despiadadamente, para el CO no hay consecuencias.
Es de dominio público y ha sido documentado por valientes reporteros, que el CO, interviene en las campañas políticas, son el fiel de la balanza.
Andrés Manuel López Obrador, Presidente Constitucional de los Estados Unidos Mexicanos, es el principal violador de la Constitución y las leyes que de ella emanan, es él quien favorece al CO ordenando la inacción, en no pocas de sus “mañaneras”, a propósito, o no, se ha declarado delincuente electoral, y de otras violaciones.
En su escasa intelectualidad, el señor de PN, ataca al Poder Judicial de la Federación, en especial a la presidenta de la SCJN y de la Judicatura, Norma Piña; ignorante del derecho y de las funciones que ejerce Piña, la culpa de la liberación de criminales, esa no es la función de quien dirige los destinos del PJ.
Interviene en el caso Ayotzinapa, burdamente, ilegalmente, acusa que los miembros del PJ de querer dañarlo y exhibirlo, y se exhibe solo, un troglodita, que solo culpa a quien se le ocurra, dañando severamente a las instituciones que juro salvaguardar.
En sus demenciales delirios de poder, pretende presumir de ser un hombre sabio, y solo es un payaso de circo barato.
Ya no se da cuenta de sus contradicciones, vocifera, se enreda en sus propias palabras, la cohorte friki que finge ser el gabinete, obedecen ciegamente, para congraciarse con su amo y les permita un lugar en el circo de la muerte. Sí, el crimen organizado cogobierna y participara en las elecciones del 2024. Hasta la próxima.
Jesús Corona Osornio