Hace treinta años fue asesinado el candidato del Partido Revolucionario Institucional, PRI, a la presidencia de la república.
Miguel Montes García, Olga Islas, Pablo Chapa Bezanilla y Luis Raúl González Pérez, fueron los fiscales del caso. Todos concluyeron que solo hubo un tirador, Mario Aburto Martínez, cerrándose así la investigación de un complot.
De una imaginación perversa y cruel, el actual régimen encabezado por López Obrador acompañado en sus delirios por Alejandro Gertz Manero, titular de la Fiscalía General de la República, -FGR-.
Enfermos de notoriedad ambos personajes, rescatan del polvo el caso de Donaldo, con varios fines, uno sería por el período electoral, otro; desviar la atención del foco corrupción que carcome al gobierno.
La final, y no por eso menos importante, la ambición y los delirios del presidente y del fiscal federal.
La hipótesis del segundo tirador encarnado en la figura de Jorge Antonio Sánchez Ortega, ex agente del Centro de Investigación y Seguridad Nacional, -CISEN-, fue descartada por los cuatro fiscales del caso.
La actual FGR, de manera sorpresiva trae a la palestra pública, la vieja hipótesis y le agregan el nombre de Genaro García Luna quien en ese entonces habría encubierto a Sánchez Ortega.
García Luna por aquel año de 1994, tenía 26 años y ocupaba un cargo de Subdirector Operativo, de no gran relevancia en el CISEN.
En un país en el que el amarillismo vende mucho, el bocado que ofrece acusar nuevamente al segundo tirador e involucrar a uno de los personajes más odiados por la actual administración, les resulta aprovechable.
De seguir las cosas como van, pronto sabremos que García Luna encubrió a Judas Iscariote, o que fue el culpable de la matanza del 68.
El hijo de Colosio, Luis Donaldo Colosio Riojas, le pidió al presidente, cerrar el caso e indultar a Mario Aburto, la respuesta del insensible Andrés Manuel, fue que no.
Asunto de Estado, arguyó para no cerrarlo; Luis Donaldo era candidato no presidente de la república.
Al inquilino del Palacio Nacional, -PN-, le gusta dividir, por eso aprovecha que su fiscal, -no el fiscal de la república-, le hable al oído para desenterrar de su tumba al que fuera el candidato del PRI, pretenden descubrir el hilo negro, sueñan con llegar a un nombre: Carlos Salinas de Gortari, y de algunos otros priistas en ese entonces funcionarios públicos.
Ya pudrió el caso Ayotzinapa, ahora va por el caso de LDCM.
Fuga de Información
Se rumora en los pasillos de PN, que el ciudadano presidente, prepara una embestida jurídica que sacudiría las entrañas del PRI, y que inevitablemente afectaría al Partido Acción Nacional, -PAN-, con eso daría un golpe mortal a las aspiraciones del frente opositor.
Hasta la próxima.
Jesús Corona Osornio
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Periodista, Psicoanalista, Director de Analítica Lacaniana, autor de El Acento Periodismo. Miembro de la Academia Nacional de Periodistas de Radio y Televisión. con más de 37 años ejerciendo el periodismo en México.