Claudia Sheinbaum, ha llevado al cabo una serie de reuniones secretas con empresarios desde que era precandidata,
algunos de ellos, los conocieron en la Jefatura de Gobierno.
A esas reuniones no ha faltado la hoy candidata, a las reuniones públicas ha preferido no hacerlo, cuida su ventaja y su imagen, eso afirman cercanos a su entorno.
En esas reuniones la propia candidata recibe las loas y acuerda los ilegales recursos que, por debajo de la mesa, le proporcionan los dueños del capital.
Dos grandes empresarios se han bajado del barco de Morena, no aportan para Claudia, pero tampoco para Xóchitl Gálvez.
A Claudia Sheinbaum, no la dejan tomar muchas decisiones, pero las complicidades esas sí forman parte de lo mínimo que le es permitido.
Desde el Palacio Nacional, -PN-, salen las instrucciones que al través de Jesús Ramírez Cuevas o de cualquiera que decida el señor presidente.
Los despachos que Sehinbaum ha contratado para que la asesoren en la campaña, le coloquen encuestas a modo y tengan el control de sus redes sociales.
No son pocas las tareas a la que es sometida la candidata del presidente, jornadas a parte de sus giras, discursos y demás, son las horas de entrenamiento.
La enseñaran a caminar, a sonreír, a mirar a las cámaras, la entrenan para que salude, para que se mueva entre una multitud, a observar a sus guardias de seguridad.
A Claudia la cuidan hasta el más pequeño de los detalles la ayuda a elegir el vestuario que lucirá en cada mitin, los colores son pocos y predomina el de su partido.
Le eligen hasta los zapatos, Claudia no es Claudia, están construyendo una nueva, que se percibe cercana a la gente, a lo que ellos llaman pueblo.
La señora Sheinbaum está maquillada con discreción, trata de aligerar su gesto de enfado, su cara de seriedad y frialdad, tarea harto difícil.
Los de seguridad de su campaña, elementos de lo que fue el Estado Mayor Presidencial, -EMP- ahora vestidos de civil, recorren los lugares de las visitas de la candidata hasta con 48hrs de anticipación, revisan todo, para evitar sorpresas.
Todo a cargo del presupuesto, para ese fin la Secretaría de la Defensa Nacional, -SEDENA-,
no escatima ni recursos ni elementos, es como si ya fuera la presidenta.
Es increíble la hipocresía y la cara dura de los miembros de Morena de los círculos elevados, saben exactamente lo que pasa, callan en complicidad.
El señor del PN, recibe diariamente dos reportes de las actividades de su candidata, antes es ingresado con 24 horas de anticipación de la agenda de su protegida.
Nadie puede romper el silencio, todos los miembros del equipo de campaña reciben un buen salario a cargo del partido.
En el equipo de la candidata existen tres niveles, el más bajo lo conforman los miembros de su partido, el segundo los asesores internos y los externos, y el primero, los íntimos de la candidata, en los que no está el gerente del parido a quien Claudia no tolera, la candidata se levanta a las 5 de la mañana y se retira casi siempre a las diez de la noche.
Así las cosas, la campaña de Sheinbaum está fuera de la dimensión franciscana que presume su jefe.
Claudia Sheinbaum, sólo tiene una meta, ganar las elecciones, el cómo no le importa, al tiempo, al tiempo. Hasta la próxima.