Cuando AMLO comunicó a Sheinbaum que había de cumplir la promesa hecha desde el desafuero, que ella sería,
surgió de inmediato, la duda de quién estaría en su lugar. Surgieron algunos nombres por cuenta de Claudia, pero el señor del Palacio Nacional, -PN- ya había decidido.
Claudia Sheinbaum, ya estaba en su futura campaña, pero escuchó atenta a su mentor, el ciudadano presidente, manifestó su inquietud de poder perder en la capital.
Claudia, demoró unos segundos y le aseguró a López Obrador, que estaba garantizada la victoria.
Tajante ordenó que llamarán a Martí Batres, el quedaría en lugar de quien desde ya era la candidata de Morena por la carrera presidencial.
La única razón de Andrés Manuel, era la necesidad de colocar al frente del gobierno de la Ciudad, una mano dura, alguien a quien no le importen las leyes ni nada.
El perfil de Batres era el adecuado desde la perspectiva de López Obrador, la ungida aceptó sin estar la cien por cien de acuerdo, pero valía más la posibilidad de ocupar la silla.
En la oficina que usa el presidente en PN, la señora Sheinbaum, salió con una idea en su cabeza, ganar la presidencia a toda costa, la interna en su partido le importó un bledo.
Se organizó todo para anunciar la encuesta interna de Morena, a Adán Augusto le cayó de sorpresa, estaba en Bucareli, era Secretario de Gobernación.
El amigo, casi hermano de Andrés, como lo llama él, debido a su cercanía, estaba entusiasmado con la idea de participar, se inscribiría, sin dudas. Y así fue.
En Relaciones Exteriores un Marcelo Ebrard exaltado, anunció a sus cercanos, que estuvieran listos para presentar renuncias, en cuanto el diera la orden, efectivamente participó. Pensaba sinceramente Ebrard que habría competencia, se autoengañó, igual que Adán Augusto.
Faltaba sólo un incauto más, ese fue el señor Ricardo Monreal, que se creyó el cuento de que tenía lo suficiente para ganar la encuesta, chasco que se llevó.
Luego de la farsa de las encuestas y finalmente ungida oficialmente como la candidata a la presidencia, la maquinaria de Morena de la mano del señor del Palacio, se echó a andar y el resto es historia.
Los heridos que dejó el proceso interno, de inmediato fueron cooptados, el primero y el más indigno, Monreal ha sido silenciado, luego Adán Augusto, ex secretario de Gobernación, al último el señor Ebrard quien vendió caro su amor.
Luego vino el tema de la candidatura para la capital, y fue cuando todo se descompuso, a Claudia la obligo su padre político a bajar a Omar García Harfush, y conformarlo con una candidatura al Senado por el parasito partido Verde.
Ya en el poder el señor Batres empezó su guerra contra Omar, el jefe de Gobierno apoyaba, como apoya a Clarita, y la “pandilla” comenzó una operación de imposición, AMLO no cumplió su primera promesa a la ungida.
Martí Batres es un chivo loco en cristalería, no respeta acuerdos ni tiene límites, en alianza con su cuñado Ulises Lara, pondrán todo su empeño en destruir a las oposiciones. Hasta la próxima.
Jesús Corona Osornio
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Periodista, Psicoanalista, Director de Analítica Lacaniana, autor de El Acento Periodismo. Miembro de la Academia Nacional de Periodistas de Radio y Televisión. con más de 37 años ejerciendo el periodismo en México.