Muy feliz la señora Claudia Sheinbaum, ya comienza a planear su toma de protesta para el próximo primero de octubre,
una larga lista de invitados. Entre otros el dictador Díaz-Canel de Cuba, Daniel Ortega de Nicaragua, hasta el momento de escribir está columna, no fue posible verificar si también incluyó al señor Maduro.
La candidata ganadora de las elecciones de Estado, tendrá una fiesta, en la que la austeridad, será la única no invitada.
Los cutroteros, acostumbrados a no tener limites de ningún tipo, quieren celebrar a lo grande la toma de protesta de la primera mujer en ser votada presidenta.
Será un gran acontecimiento, en América del Norte, Claudia, es la primera mujer en alcanzar ese puesto.
Si bien hubo trampas, intromisión descarada del presidente, las oposiciones no hicieron nada, es cierto que las instituciones electorales están al servicio del presidente.
Claudia Sheinbaum llega manchada por el fraude, para ella y su antecesor eso no significa nada, así lo planearon, simular la democracia.
México ante el mundo, aparece como una democracia herida, el país de un solo hombre, más allá del presidencialismo, los mexicanos vivimos una autocracia total.
AMLO no se ha comportado, en la relación con los EE.UU., de manera que muestre el respeto que un vecino y socio debiera merecer.
Para el gobierno del señor López, la bravata y la provocación, son instrumentos, no solamente producto de su ignorancia de la geopolítica, es parte de su populismo.
Los exabruptos del presidente mexicano, no han pasado inadvertidos para los gobiernos de estadounidenses, republicanos o demócratas.
Habrá consecuencias, la ayuda a Cuba, el reconocimiento a las dictaduras de Nicaragua y Venezuela, la intromisión en Perú, el asilo, aunque breve a Evo Morales.
Las deferencias al gobierno chino y permitir que México, pueda ser usado para vender los gringos sus productos a través de nuestra frontera.
Pero lo que ha colmado la paciencia del gobierno de Biden, fue que, en plena invasión rusa a Ucrania, México haya apoyado a Putin, al no condenar la invasión.
Son muchos los yerros y las provocaciones de un gobierno negado a ver la realidad, no es lo mismo afuera que al interior del país.
La geopolítica no es para los dictadores, desafían al mundo y no les importan las sanciones, ni absolutamente nada.
López Obrador deja una heredera, dócil, sin personalidad, obediente, incapaz de contradecir al autócrata.
La señora Sheinbaum, aun no recibe su constancia de parte del TEPJF, no es todavía la Presidenta Electa y ya cometió su primer disparate, invitar al señor Vladimiro Putin, a su toma de protesta.
Lo más seguro es que se excuse de no asistir, pero en las relaciones con nuestros vecinos del norte, quedará la huella de una provocación más.
Ciertamente México es una nación soberana y en concordancia puede invitar a quien quiera a su territorio, el asunto está en la geopolítica en las relaciones bilaterales.
No había necesidad de semejante provocación, no cabe duda habrá AMLO, seis años más.
Hasta la próxima.
Jesús Corona Osornio
@coronaoso
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Periodista, Psicoanalista, Director de Analítica Lacaniana, autor de El Acento Periodismo. Miembro de la Academia Nacional de Periodistas de Radio y Televisión. con más de 37 años ejerciendo el periodismo en México.