Hace tres décadas, un telescopio espacial detectó un tipo de objeto desconocido que brillaba en rayos X más que cualquier estrella. Sin tener claro de qué se trataba, estos objetos fueron bautizados como fuentes X ultraluminosas o ULX. Ahora, un grupo de científicos ha logrado descifrar el misterio: lo que está detrás de tanto fulgor es un agujero negro, como se esperaba, pero sorprendentemente pequeño, de unas quince masas solares. Lo que ocurre es que genera tanto brillo porque es tremendamente voraz, «come» la materia circundante con una avidez mayor de lo habitual