Con motivo del Día del Niño, revivimos las tradiciones y un poco de historia con los juguetes mexicanos que hacen destacar la creatividad, el humor y colorido que nos caracteriza.
Todo rincón del país pone en tus manos una artesanía elaborada con los materiales que abundan en esas regiones: madera, latón, tela, papel o plástico, algunas de éstas tienen como propósito la recreación.
La historia del juguete mexicano es también la historia de la humanidad. Alrededor de 1860, la producción de juguetes comenzó a realizarse en grandes fábricas, lo que amenazó la elaboración artesanal.
Si nos aventuramos por el tiempo, desde la época prehispánica encontraremos la producción de pequeños animales colocados sobre una base de cuatro ruedas, que jalados por una cuerda servían como juguetes para niños.
En la Nueva España existió una amplia fabricación de juguetes mexicanos, ya que durante el periodo del virreinato las fiestas religiosas o civiles sirvieron de pretexto a los artesanos para imaginar o adaptar nuevos juguetes. En muchas pinturas de esa época se pueden ver niñas con muñecas de porcelana o trapo, y niños con trompos, así como cazos y espadas de cartón, máscaras, sonajas, figuras de tule, trompos, pirinolas, tarascas, piñatas, matracas y soldados de plomo.
Es tan grande esta tradición que actualmente contamos con museos dedicados a preservar y difundir los juguetes tradicionales con el Museo de Culturas Populares del Estado de México en la ciudad de Toluca con más de 328 piezas, el Museo del Juguete Antiguo México conocido como MUJAM compuesto por seis salas, exhibe juguetes de 1900 a 1970, ubicado en la Ciudad de México.
A continuación te compartimos una lista de los juguetes más populares en nuestro país y que forman parte de nuestro legado de tradición y de costumbres.
Balero: es un juguete generalmente de madera, que consiste en un tallo unido por un hilo a una esfera con uno o más orificios que ajustan al tallo. El objetivo del juego es colocar la esfera en el tallo, sin hacerlo manualmente.
Existen baleros de diferentes formas y tamaños, la esfera puede tomar la forma de un barril, o de un sombrero mexicano. Pueden ser de madera natural, o estar decorados con tallas o pintura. En algunos casos, en lugar de orificio en la esfera, el tallo posee una especie de cuenco para recibir la bola.
Lotería: Consiste en un grupo de barajas con figuras determinadas y con varios cartones que contienen un conjunto de éstas figuras, ordenado al azar. Los jugadores toman uno de estos cartones y uno de ellos va “cantando” las barajas. El resto de los jugadores van marcando las imágenes que van diciendo, hasta completar las que tiene su cartón. Gana quien lo llene primero.
Pirinola: Usualmente es de madera, aunque también puede ser de plástico o de cualquier otro material. También se le llama perinola y es parecido a un trompo, pero con las caras planas y tiene diferentes escritos en cada uno de sus lados.
Sonaja: Está hecha con un huaje (se le llama así a la semilla fruto de un arbusto de entre dos y seis metros de altura originario de los estados del sur de México: Guerrero, Morelos, Oaxaca y Chiapas) al cual se le introducen semillas o pequeñas piedras para que produzcan su sonido característico y luego se decora con figuras en colores vivos. También puede estar fabricada con lámina o en forma de una pequeña jaula de madera que en su interior lleva un par de cascabeles.
Pelota: La pelota prehispánica era grande como la de los bolos, macizas, de una cierta resina que se llamaba ulli, que a la vez es muy liviana y salta como pelota de viento.
Para los aztecas el juego de pelota se llamaba tlachtli y se jugaba con una pelota de hule macizo qué solo se podía golpear con el codo, la rodilla o la cadera, era muy dura y producía un golpe muy fuerte.
Para los mayas era conocido como pok a pok, que debía su nombre al curioso sonido que producía la pelota contra los pisos.
Trastecitos: En la época prehispánica se reproducían los trastes de cocina a una escala reducida.
Trompo: Es un juguete en forma de pera con un hierro en la punta llamado pico o púa. En un códice náhuatl dice que cuando Cuahutémoc cumplió seis años, su madre le obsequió un trompo para que aprendiera a utilizarlo.
Yo-yo: Formado por un disco de madera, de plástico o de otros materiales con una ranura profunda en el centro de todo el borde, alrededor de la cual se enrolla un cordón que, anudado a un dedo se hace subir y bajar alternativamente.
Canicas: En México también se les conocen como cuirias o cuicas. En Nayarit las llaman pichas. En el mural de Tepantitla, en Teotihuacan, se aprecia un grupo humano jugando con bolitas. Las Bombochas, agüitas y diablitos son algunas de las canicas más recordadas.
La gran calidad, variedad e imaginación de estos juguetes son una muestra viva de que a lo largo y ancho de la República Mexicana hay mucho ingenio, cosas hechas a mano con todo el cuidado y detalle.
Aunque estos artefactos se atribuyen al uso exclusivo de los menores de una época determinada, su uso es aún motivo de diversión, destreza y ¿por qué no? Melancolía y buenos recuerdos. ¿Jugamos? (SECTUR)