Conoce más acerca de los Atlas de Peligros y Riesgos que compila el Servicio Geológico Mexicano (SGM)

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Los fenómenos naturales son aquellos que se producen en la atmósfera (por la influencia del clima) o en la corteza terrestre, por desequilibrio en las rocas de las laderas o taludes, por erupciones volcánicas o por sismicidad. Los fenómenos que se

originan en la atmósfera terrestre, y que interactúan con la superficie del planeta, se conocen como hidrometeorológicos, entre los que se cuentan los ciclones y las lluvias intensas que propician inundaciones, las granizadas, las heladas y las tormentas de nieve.
Aunque no es fácil predecirlo con certeza, hay ciertas regiones del país que históricamente han sido afectadas por inundaciones. Por lo tanto, es posible utilizar los datos de recurrencia del fenómeno para determinar la vulnerabilidad de una zona; es decir, el grado de afectación que podría existir ante un fenómeno meteorológico determinado. Es posible generar modelos que se incorporan a un Atlas, y establecer cuáles podrían ser los daños derivados de diferentes escenarios o variables, de modo que las autoridades puedan elaborar planes de seguridad en caso de que se lleguen a manifestar súbitas y adversas condiciones climáticas.
Los Atlas también informan acerca de zonas urbanas expuestas a riesgos por fenómenos geológicos que incluyen movimientos de masas de roca o lodo, colapsos o deslizamiento de bloques, que se atribuyen a la saturación de agua en las rocas y en los suelos, y que en ciertas zonas alcanzan condiciones de desequilibrio tales que propician los deslizamientos.
En subsuelos calcáreos, formados por roca caliza como en la Plataforma de Yucatán, la Sierra Gorda de Querétaro y la Sierra Madre Oriental que atraviesa los estados de San Luis Potosí, Nuevo León y Coahuila, ocurren hundimientos debidos a la disolución de la caliza. Las aguas meteóricas suelen ser ligeramente ácidas, por lo que al escurrir al subsuelo, la roca se disuelve y comienzan a formarse cavernas o grutas naturales. El fenómeno se conoce como karst, término de origen alemán que describe el proceso.
Las grietas y los hundimientos súbitos casi siempre tienen origen en la saturación de agua y posterior desecamiento de los suelos. Por su parte, las fallas activas también generan movimientos que pueden afectar asentamientos urbanos. Por ello, es necesario identificarlas, clasificarlas y tomarlas en cuenta para que las comunidades se asienten en terrenos seguros.
La actividad volcánica no se puede predecir con plena certeza. Sin embargo, como usualmente se manifiesta en forma gradual, hay tiempo para protegerse y delimitar el alcance de una eventual erupción para ponerse a salvo. Un Atlas siempre contiene un capítulo de vulcanismo en el que se analizan los factores del riesgo en función del periodo de retorno del fenómeno.
Los sismos son un fenómeno geológico que se producen por la interacción de las placas tectónicas. Es decir, fragmentos de corteza terrestre que “flotan” y “chocan” unas con otras y generan enormes cantidades de energía que se transmite por el substrato rocoso como ondas que afectan súbitamente una región.
En México, el peligro por sismicidad ocurre principalmente en la costa del Pacífico, a lo largo de la cual se deslizan placas oceánicas por debajo de placas continentales. Los sismos no se pueden predecir. Sin embargo, es posible determinar la vulnerabilidad en función de las incidencias históricas, y por lo tanto es factible zonificar las áreas en las que existen más posibilidades de que ocurra un sismo.
Los Atlas advierten acerca de la factibilidad de que ocurra un temblor en determinada región, y cuáles son las medidas que podrían adoptarse en caso de que se presente. Es importante que las autoridades y los habitantes estén conscientes de que este tipo de fenómenos se generan en cualquier momento, pues no hay, según los registros del Servicio Sismológico Nacional, una periodicidad sistemática que permita predecirlos. Los Atlas también contemplan análisis de eventualidades como las contingencias provocadas por explosiones, incendios, derrames e incluso las que se originan por concentraciones masivas de personas, y a las que se les conocen como antropogénicas porque no tienen un origen natural.
El Servicio Geológico Mexicano pone a disposición de los tres niveles de gobierno, la experiencia y conocimientos suficientes para compilar estos Atlas, con el fin de que cuenten con elementos de análisis de los riesgos y los desastres, y actúen de conformidad con planes establecidos por el Centro Nacional para la Prevención de Desastres (CENAPRED), la Secretaría de Desarrollo Agrario Territorial y Urbano (SEDATU) y los responsables de Protección Civil estatales y municipales.
Se trata de una valiosa herramienta que muestra gráfica y textualmente los sitios vulnerables y las posibles afectaciones por fenómenos de orden natural o antropogénico, para planear las acciones de mitigación y prevención correspondientes.
El Servicio Geológico Mexicano ofrece información geológica para prevenir y mejorar nuestra calidad de vida.
Consulta el Atlas de Riesgo del SGM en la siguiente liga: https://mapasims.sgm.gob.mx/AtlasRiesgosSGM

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