El imponente volcán Arenal, sus aguas termales, los bosques y paisajes que le rodean, forman una mezcla para que el turismo de bienestar se convierta en una de las bases con las que Costa Rica quiere levantar al sector turístico que ha sido duramente golpeado por la crisis de la pandemia de la covid-19.
Con el estrés y los problemas de salud que la pandemia está causando en todo el mundo, Costa Rica apunta a la promoción de la actividad de bienestar que tiene años de desarrollar, pero que en el contexto actual cobra especial relevancia e interés para los turistas, tanto locales como internacionales.
Con ingresos prácticamente en cero durante cuatro meses, las empresas turísticas del pequeño pueblo de La Fortuna, en la zona norte de Costa Rica, han comenzado a reactivarse con la llegada de turistas locales, y esperan que con la apertura paulatina de fronteras aéreas los visitantes internacionales también se hagan presentes.
El volcán Arenal y sus aguas termales medicinales
Durante años las erupciones del volcán Arenal fueron el principal atractivo de La Fortuna, pero desde el 2010 el coloso de forma cónica ha entrado en calma, ante lo que los empresarios turísticos han dado fuerza a otros atractivos como los bosques, lagos, barros volcánicos y las aguas termales ricas en minerales.
“Bienestar es una conciencia entre cuerpo, mente y espíritu y nos invita a vivir el momento, a respirar, sentir y pensar. Los espacios naturales donde la naturaleza nos invade nos mueven y nos hacen sentir que vale la pena vivir y que podemos superar estas situaciones que estamos pasando”, declaró a Efetur la directora de mercadeo del hotel Montaña de Fuego, Stephanie Villegas.
Las aguas termales tienen componentes como sulfatos, magnesio y cloruro, y propiedades analgésicas, antioxidantes y pueden ayudar tanto a la piel como a mejorar el ritmo cardíaco, la digestión y la absorción de nutrientes.“Las aguas termales tienden a ser hipermineralizadas. Cuando uno pasa un buen rato en aguas con esos valores especiales está permitiendo que los minerales, los metales y otros compuestos entren a nuestro cuerpo y posiblemente hasta eliminen alguna deficiencia”, declaró a Efeagro el biólogo experto en aguas termales, Gabriel Saragovia.
En el turismo de bienestar se agregan otras actividades como caminatas en los senderos, masajes y tratamientos en la piel con barros volcánicos, yoga y terapia de bosque.La guía certificada Manuela Siegfried explicó a Efetur que la terapia de bosque se originó en Japón y consiste en que las personas entren en contacto con el bosque en un ambiente de relajación, en el cual hacen uso de todos sus sentidos para experimentar una conexión profunda con la naturaleza.
“Es un paseo lento y relajado por algún ambiente natural en el cual vamos despertando nuestros sentidos para encontrar una conexión única, sensorial con el bosque”, explicó Siegfried, quien aseguró que esta actividad brinda beneficios al sistema inmune, regula la presión arterial, baja el estrés y aumenta la concentración.
Una reactivación en marcha con protocolos sanitarios
Empresarios turísticos dijeron a Efetur que en el mes de agosto han percibido una mayor visitación de turistas nacionales, principalmente los fines de semana, que han decidido aprovechar las ofertas de precios y las fases de apertura económica que ha establecido el Gobierno durante la pandemia.
El 1 de agosto Costa Rica abrió sus fronteras aéreas para cinco vuelos semanales procedentes de Europa y Canadá, y a partir de este 1 de septiembre para unos seis vuelos semanales desde Estados Unidos, pero solo para ciudadanos de nueve estados de ese país.
“Costa Rica tiene una oferta de turismo de bienestar impresionante y la gente está volviendo a salir, a disfrutar del ambiente, del bosque y a volver a conectarse consigo mismo. Cuando uno pierde algo por un tiempo le toma un valor diferente”, manifestó la encargada de turismo de bienestar del Instituto Costarricense de Turismo, Melissa Tencio.
Los hoteles, operadores turísticos y parques de aventura de Costa Rica están aplicando estrictos protocolos sanitarios que incluyen limitaciones de aforo en sus instalaciones, lavado y desinfección constante de manos, el uso de mascarilla y otras medidas preventivas.
El turismo es uno de los principales motores de la economía de Costa Rica, un país de cinco millones de habitantes que antes de la pandemia recibía a unos tres millones de turistas internacionales cada año.De esta actividad dependen cerca de 500.000 personas de manera directa e indirecta en este país centroamericano, que alberga alrededor del 5 % de la biodiversidad del planeta.