CIUDAD DE MÉXICO — Expertos en México han detectado más de 2.000 ruinas prehispánicas o cúmulos de artefactos a lo largo de la ruta propuesta para el controversial proyecto del “Tren Maya” que el presidente quiere construir en la península de Yucatán, informaron el miércoles.
El descubrimiento de sitios por medio de la tecnología LiDAR de mapeo de elevaciones podría retrasar la construcción del polémico proyecto, cuyos opositores aseguran que también amenaza a comunidades indígenas y al suministro de agua.
Los datos de elevación vía laser mostraron un total de 2.187 “monumentos” arqueológicos a lo largo de los 366 kilómetros (277 millas) de la ruta propuesta, aproximadamente una cuarta parte del total de vías planeadas. Los expertos ya conocían la existencia de algunos de los sitios, pero otros son nuevos.
El término “monumentos” puede significar muchas cosas, desde restos de una residencia prehispánica maya o piedras talladas, hasta los vestigios de templos ceremoniales. Se desconoce el número de artefactos detectados de cada tipo, pero el Instituto Nacional de Antropología e Historia indicó que hay al menos 91 estructuras de gran escala, como plazas, pirámides y plataformas de templos.
En general las casas mayas eran endebles, con bases de piedra y techos de paja y madera, y de ellas sobrevive muy poco.
El instituto señaló en un comunicado que las personas que trabajan en el proyecto del tren deben tomar “medidas específicas” para evitar dañar los artefactos, pero no indicó si eso significaba reestructurar las rutas.
En julio pasado, el presidente Andrés Manuel López Obrador inauguró la construcción del “Tren Maya”, uno de sus proyectos preferidos que recorrerá unos 1.500 kilómetros (900 millas) en un circuito en Yucatán.
El objetivo del tren es conectar a los populares destinos de playa en el Caribe con el interior de la península, que cuenta con una población de mayoría indígena y sitios arqueológicos, en un intento por estimular el desarrollo económico alrededor de sus 15 estaciones. El gobierno asegura que el proyecto costará hasta 6.800 millones de dólares, pero otros afirman que la cifra es mucho mayor.
Sus críticos señalan que López Obrador se apresuró en llevar a cabo el proyecto sin un estudio adecuado de sus impactos sobre el medio ambiente, los cenotes —enormes depósitos de agua a cielo abierto o subterráneos— y los sitios arqueológicos de la zona.
Algunos tramos de la ruta ya cuentan con vías, cuya construcción hace décadas ya perturbó algunos de los artefactos, señaló el instituto. Pero también deben construirse otros tramos a través de terrenos selváticos delicados, aunque irán en paralelo a caminos existentes o líneas de transmisión eléctrica. Incluso en los lugares en donde existen viejas vías de ferrocarril, el proyecto implicaría la modernización de las vías y la construcción de nuevas estaciones.
Algunas comunidades mayas han presentado impugnaciones legales contra el proyecto, con el argumento de que provocará daños ambientales. También aseguran que no se les consultó de forma adecuada al respecto ni resultarán beneficiados.
La tecnología LiDAR —siglas de Detección y Medición a través de la Luz— consiste en enviar un haz de láser hacia el terreno para obtener una imagen detallada y en alta resolución de la superficie, incluso debajo de vegetación densa.
Los mayas formaron un enorme imperio de ciudades-estado en todo Yucatán y Centroamérica entre el 2.000 a. C. y el 900 d. C., y sus descendientes aún habitan en la península.