"Los estadounidenses, hasta donde sé, usan vacunas que están aprobadas por la Agencia Europea del Medicamento (EMA). Esto les permitirá viajar y moverse con libertad", dijo la política al diario estadounidense.
Von Der Leyen agregó: ""Porque una cosa está clara: los 27 estados miembros aceptarán, incondicionalmente, a todos aquellos que estén vacunados con vacunas aprobadas por la EMA".
La EMA ha aprobado las vacunas desarrolladas por las farmacéuticas Moderna, Pfizer y BioNTech y Johnson & Johnson, las tres que se están administrando en Estados Unidos.
Sin embargo, el diario apuntó que la presidenta de la CE no ofreció una fecha exacta o más detalles sobre esta apertura al turismo estadounidense de personas totalmente vacunadas y apuntó, que la última palabra siempre la tomarán los países de manera individual.
Lo que sí apuntó Von Der Leyen es que el país norteamericano iba "en camino" de alcanzar la inmunidad a mediados de junio, con la vacunación del 70 por ciento de la población adulta.
Las declaraciones de la política europea al diario estadounidense coinciden con la última fase previa para que las instituciones europeas comiencen a negociar la puesta en marcha de un certificado comunitario de vacunación.
El Parlamento Europeo quiere dar el visto bueno al proyecto final de este certificado comunitario en su pleno del mes de junio, de forma que una prueba piloto del documento se ponga en marcha a principios de ese mes y esté plenamente disponible para finales, para ayudar así a impulsar la campaña de turismo estival.
El pasado 17 de marzo la CE presentó el certificado digital con la intención de que esté listo antes del verano para poder reactivar los viajes para entonces, un objetivo compartido por el sector aéreo, que reclama máxima agilidad a los Estados miembros para su aprobación e implementación.
El Ejecutivo comunitario aseguró que pretendía que se reconocieran únicamente las vacunas autorizadas por la Agencia Europea del Medicamento, si bien subrayó que daría permiso a los gobiernos para que acepten otros fármacos, como el ruso Sputnik V o el chino Sinopharm.
Según apuntaron entonces fuentes comunitarias, Bruselas también mostró su disposición a colaborar con terceros países con certificados similares (como Estados Unidos) aunque las fuentes mencionadas no creían que los acuerdos sobre la interoperabilidad del documento pudiera alcanzarse antes del verano.