Fue un alto funcionario español de la Unesco quien encaminó una candidatura.
Álvaro Vega I Córdoba, España, 6 de diciembre de 2022,- La figura de un esquimal, que sirvió de metáfora para explicar lo que significaban los Patios de Córdoba, fue clave para lograr que la Unesco otorgase, hoy hace diez años, la condición de Patrimonio Inmaterial de la Humanidad a «un modo de vida colectivo sostenible, basado en el establecimiento de vínculos sociales sólidos y de redes de solidaridad e intercambios entre vecinos».
Así lo ha explicado a EFE el alcalde de Córdoba, José María Bellido (PP), que vivió el proceso como teniente de alcalde de Hacienda, Gestión y Administración Pública después de dos intentos fallidos de obtener un reconocimiento de la Unesco que el 6 de diciembre de 2012 asumió también que el Concurso de Patios y la Fiesta de los Patios de Córdoba estimulaba «la adquisición de conocimientos y el respeto por la naturaleza».
La explicación al esquimal
Fue un alto funcionario español de la Unesco quien encaminó una candidatura que se encontró con un rechazo por parte de la Unesco porque se planteó desde el punto de vista patrimonial en 2011, tras haberla retirado fuera de plazo ante el comité de expertos reunido en Bali.
El Ayuntamiento de Córdoba se empeñó en destacar las facetas patrimoniales hasta que el funcionario, que nada tenía que ver con el asunto, vino a decir que lo que había que hacer era explicar lo que se hacía en los Patios Cordobeses a un esquimal, a alguien que no tenía idea de lo que era.
Para José Antonio Nieto, alcalde de Córdoba aquel 6 de diciembre y hoy consejero andaluz de Justicia, Administración Local y Función Pública, fue «probablemente uno de los mejores recuerdos, y de los pocos buenos de mi etapa como alcalde, que nos tocó lidiar con muchas dificultades y adversidades, fue aquella Asamblea de la Unesco», que, por cierto, vivió a distancia, porque no asistió.
Ello, rememora a EFE, porque «conseguíamos preservar un valor, una tradición que ha sido durante mucho tiempo fruto del trabajo de los cuidadores, de los propietarios».
La guinda al pastel
El presidente de la Asociación de Amigos de los Patios Cordobeses, Miguel Ángel Roldán, entiende que la declaración «fue ponerle la guinda al pastel, los Patios ya eran conocidos pero la publicidad que da ese nombramiento fue lo que llevó a los Patios a lo máximo, a que fueran conocidos mundialmente».
Según comentó a EFE el responsable de la entidad que lleva más de 48 años en defensa de este patrimonio, «los Patios son un referente en la ciudad de Córdoba, la gente, aparte de por su gastronomía y por el interés que tiene, viene pidiendo Catedral y Patios, la ciudad se visita paseando los Patios».
Si para Nieto «cuando llegó ese momento todos celebramos que los Patios daban un salto de calidad, se convertían en algo que además de cordobés era del mundo, era de la humanidad», José María Bellido entiende que «desde entonces lo que ha habido es un impacto muy positivo, la Fiesta ha sido más conocida todavía en toda España, nos hace destacar como la segunda ciudad del mundo con más reconocimientos como Patrimonio de la Humanidad, tras Pekín, lo que nos pone en un lugar único en el mundo».
Además de los Patios, en Córdoba la Unesco reconoce como Patrimonio de la Humanidad la Mezquita-Catedral (1984), el centro histórico (1994) y la ciudad califal de Medina Azahara (2018).
Un patrimonio más ligado a las personas
A juicio del alcalde, a diferencia de estos reconocimientos, con los Patios, aparte de reconocer «el trabajo bien hecho» en la candidatura tras los reveses anteriores, se hacía a «un patrimonio en este caso más ligado a las personas, ya no ya a las piedras, lo digo por simplificarlo, sino a las personas que componen y hacen posible esa Fiesta de los Patios».
De hecho, la declaración de la Unesco, plagada de referencias a la función de las personas, remarca que «la Fiesta de los Patios de Córdoba promueve la función del patio como lugar de encuentro intercultural».
En la actualidad, la Fiesta de los Patios abre durante dos semanas de mayo las puertas de decenas recintos a visitantes y el concurso se divide en tres categorías, arquitectura antigua, arquitectura moderna y patios singulares, como lo son los del Museo de Bellas Artes de Córdoba, que este martes, como motivo del aniversario, organizó una visita a las obras relacionadas y a los espacios excepcionales que alberga el antiguo Hospital de la Caridad, como el de la casa familiar de los Romero de Torres.
Julio Romero, referencia de los Patios
En opinión de Marta Moreno Muñoz, licenciada en Historia del Arte y máster en Gestión del Patrimonio desde el Municipio, encargada desde la empresa Ataurique Gestión Cultural de dirigir la visita, las obras que «mejor pueden representar el espíritu de los Patios son dos de Julio Romero, ‘Mal de amores’ y ‘La siesta’ o ‘Pereza andaluza'», que se hallan semiencaradas en una de las salas de la planta baja del Bellas Artes y que tienen como referencia el patio de la casa familiar.
El objetivo de la actividad ha sido, según dijo a EFE, «conectar las obras del Museo con la tipología de patios, los barrios en los que se condensaban, las celebraciones que se realizaban, los platos típicos, cómo era el día a día, cómo las mujeres marcaban los tiempos y los usos de la casa».
El antecedente de la Fiesta, cuyo centenario se celebró el pasado año, el Concurso de Patios, Balcones y Escaparates, nació en 1921 de la mano del alcalde Francisco Fernández de Mesa y, con altibajos, hasta la continuidad lograda pasada la mitad de la anterior centuria, se ha consolidado hasta ser un evento que ya no solo se centra en el Mayo Festivo Cordobés, sino que se abre a otras épocas del año.