Sobrerrepresentación: ¿dónde están los demócratas? 

A LOS DE LA MAREA ROSA:

"Dictadura: Régimen que concentra el poder y reprime los derechos humanos": Diccionario de la RAE

Triste papel hacen los partidos de la oposición en los momentos que más se les necesita.

Alejandro Moreno, dirigente del PRI, ha mostrado un autoritarismo equiparable al inquilino de Palacio Nacional, al convocar fuera de norma una asamblea nacional, cuyo resultado es la alteración de los estatutos para facilitar su reelección. Sin el mayor recato y sin atender las voces priistas que desde hace dos años pidieron su renuncia lo hizo “Alito”. 

Marko Cortés también ha desoído los reclamos de figuras panistas, como los gobernadores que pidieron su dimisión ante los pésimos resultados del 2 de junio pasado, los cuales resumieron en “una franca tendencia declinante y constante a la baja”. Cortés se mantiene en la dirigencia del PAN, so pretexto de la “obligación” de convocar a elecciones internas; claro, siempre y cuando pueda colocar a un amigo en el cargo. 

Y ahí está sola, una vez más, Xóchitl Gálvez peleando por la inequidad y la parcialidad en las últimas elecciones. El viernes pasado, la excandidata presentó ante el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación una denuncia en contra de la consejera presidenta del INE, Guadalupe Taddei, por haberse conducido de manera “parcial, constante y reiterada” en contra de la oposición. Entre otros argumentos, Gálvez expone que la Unidad Técnica de lo Contencioso Electoral solo atendió el 15% de las casi dos mil 800 quejas interpuestas por la oposición. 

Me queda claro que el triunfo de Claudia Sheinbaum y de MORENA es irreversible, pero la calidad de su victoria sí lo es. Y el asunto cobra la máxima relevancia cuando el INE está por definir cómo aplicar la cláusula de la sobrerrepresentación para el Congreso. Hay cierta ambigüedad en la interpretación de la asignación de curules plurinominales, de tal suerte que el INE lo mismo puede inclinarse a darle la mayoría calificada a MORENA a través de la sobrerrepresentación, que no hacerlo. La calificación del INE ha de pasar al Tribunal Electoral, donde corre el mismo riesgo, con la diferencia de que su dictamen es inapelable.

No los voy a marear con discusiones legales, pero sí les comparto qué es una sobrerrepresentación tal y como lo demuestra Ciro Murayama, ex consejero del INE. El PT, aliado de MORENA, requeriría de solo de 65 mil votos para obtener un diputado plurinominal; en cambio, el PAN necesitaría 143 mil votos y el PRI 200 mil. Algo similar ocurriría con el Partido Verde. Es inadmisible que un partido valga más que otro; ni en los peores momentos del partido hegemónico ocurrió tal cosa. 

Lo grave del asunto no es solo la inequidad, sino lo que MORENA y sus aliados pretenden hacer con esa indebida mayoría calificada. Durante el mes de septiembre y estando todavía Andrés Manuel López Obrador en la Presidencia, se llevaría a cabo la reforma al Poder Judicial, incluido del organismo vigilante de los jueces. Este último podrá sancionar a los juzgadores si no resuelven de acuerdo con “el interés público”. Así las cosas, la ley quedaría en el arcón de los recuerdos, para dar paso a decisiones discrecionales basadas en una dudosa ética pública dictada por MORENA. 

Si la ley queda subordinada, los ciudadanos quedamos en la indefensión frente al poder gubernamental, empezando por la imposibilidad de interponer recursos de inconstitucionalidad u obtener amparos que beneficien al conjunto de la población. 

Y ese es solo el principio…

Gracias a la mayoría calificada, MORENA y aliados podrán concluir la destrucción de las instituciones iniciada por AMLO, pues seguramente se desarticularán los organismos autónomos, empezando por el INE, el Instituto Nacional de Transparencia y la Comisión Federal de Competencia. Ello cual significaría abolir los contrapesos al abuso gubernamental, pues el Poder Legislativo ya estaría cooptado de inicio. Le seguiría muy de cerca la opresión definitiva a las voces críticas en los medios de comunicación, de lo cual ya hemos tenido múltiples muestras. 

Lo que está en juego ya lo he expuesto en este espacio en ocasiones anteriores: un cambio de régimen cuyo futuro es aterrador. Estamos en un punto de inflexión de no retorno.

Una voz sensata dentro de la oposición, la de Dulce María Sauri, señala: “No me parece que en esta construcción de oposiciones al régimen autoritario sean los partidos políticos los que deben de tomar la vanguardia. Deben ser los ciudadanos” (El País, 29/07/2024). 

Escuchemos esta voz antes de que sea demasiado tarde.

Con la colaboración de Upa Ruiz

X: @upa_ruiz

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X: @Lmendivil2015