Así que aquí va una última sugerencia: en vez de gastar 40 mil millones en un Tren Maya que nadie usa, mejor que le den
a su Secretaría aunque sea la mitad
DRA. ROSAURA RUIZ GUTIÉRREZ, SECRETARIA DE CIENCIA, HUMANIDADES, TECNOLOGÍA E INNOVACIÓN:
"En la carrera por la calidad, no hay línea de meta": G-CERTI
No puedo más que aplaudir el interés de la doctora Sheinbaum por incrementar la oferta de educación superior en nuestro país, hasta llegar a 300 mil nuevos lugares al final de su administración.
Contar con estudios profesionales hace toda la diferencia en la vida de los jóvenes. En promedio, los egresados universitarios ganan 81% más que los jóvenes que solo cuentan con bachillerato, además de tener tienen el doble de probabilidades de encontrar un empleo formal (Compara Carrera 2024, IMCO).
A pesar de la buena noticia que significa una mayor oferta universitaria, me entran ciertas dudas. Mire, doña Rosaura, entiendo que cada presidente desea dejar su huella, pero como la actual gestión (4T-2) ha refrendado hasta el cansancio ser la continuación del pasado sexenio (4T-1), pues como que uno se pregunta, por qué no mejor sacar del hoyo a las Universidades del Bienestar “Benito Juárez” (UBBJ).
Me dirá usted, como ya lo dijo la presidenta, que estas últimas tienen un modelo educativo distinto; pues precisamente por eso, doctora Ruiz, porque no funcionan como deberían, ni han logrado su meta de inscripciones. Constantemente trascendieron a medios las quejas de los estudiantes por la falta de planteles adecuados y de maestros, vamos, ni siquiera contaban con el Reconocimiento de Validez Oficial.
En la última evaluación de las UBBJ, el CONEVAL las califica como “deficientes”, señalando la falta de orientación hacia resultados y hacia el público objetivo. Esto es muy grave, pues justamente fueron creadas para “brindar oportunidades a jóvenes que, de otra manera, no tendrían acceso a la educación superior”, como bien dijo doña Claudia.
Nunca quedó claro de quién dependían sectorialmente las UBBJ; si acaso ahora recaen en su esfera, valdría la pena que supervisara muy de cerca si la duplicación del presupuesto que le otorgarán en 2025 la llegan a aprovechar.
A diferencia de las UBBJ, la Universidad Rosario Castellanos ha contado con el apoyo programático de las mejores instituciones superiores del país, como la UNAM, el IPN, la UAM y el Colegio de México. También resulta interesante que las URC se orientarán a las nuevas tecnologías.
Al respecto, espero que también hayan consultado al sector productivo sobre sus requerimientos de recursos humanos calificados, porque de acuerdo con un estudio sobre la educación superior en México elaborado por la OCDE, los empleadores alertan “por una falta de competencias en su sector y consideran que la educación y formación de los solicitantes de empleo no es adecuada para sus necesidades”. Es decir, 75% de las empresas tienen dificultades para encontrar personal adecuado. Me queda claro que a la 4T-1 esto de las competencias le sacaban ronchas por considerarlas neoliberales, pero la 4T-2 debe saber que aquí y en China, los jóvenes encuentran trabajo más fácilmente si cuentan con ellas.
Otro aspecto al que espero las URC pongan atención es al control de calidad de la enseñanza. Según la OCDE, en las universidades públicas el sistema de aseguramiento de la calidad es “voluntario, complejo, fragmentado y costoso, además de carecer de transparencia y coherencia”. De los muchos o pocos dineros que reciben de financiamiento del erario, prácticamente nada se dedica a la calidad y los que pagan los platos rotos son los alumnos.
En cuanto a la ubicación de las URC, no han informado cuál fue el criterio para elegir la ubicación de las nuevas sedes; qué bueno que van a Chiapas, pero ¿Baja California? Lo menciono porque en Guanajuato, Quintana Roo, Michoacán y Guerrero, 77% de los jóvenes no cuentan con oferta universitaria suficiente (INEGI).
Ahora, si me lo permite doña Rosaura, demos un paso atrás. La calidad de educación básica y media superior es muy baja; baste decir que en la prueba PISA, nuestros niños y adolescentes apenas logran 407 puntos, muy por debajo del promedio de la OCDE que es de 478. A lo que voy es que, los pocos que ingresan a estudios superiores, lo hacen en condiciones de desventaja para comprender y asimilar los conocimientos universitarios y ello suele incidir en el abandono de las carreras. La eficiencia terminal de los estudios universitarios es bajísima y una tercera parte de las defecciones obedece al desinterés por estudiar (INEGI).
Así que exíjale a su compañero de gabinete, Mario Delgado, que se ponga las pilas en la SEP para mejorar la enseñanza, lo cual pasa por tirar al bote de la basura los Libros de Texto Gratuito perpetrados por el inefable Marx Arriaga.
Me queda claro que, para desarrollar las nuevas sedes de la URC, así como mejorar las UBJ y para el caso todas las universidades públicas, se requieren recursos. Así que aquí va una última sugerencia: en vez de gastar 40 mil millones en un Tren Maya que nadie usa, mejor que le den a su Secretaría aunque sea la mitad.
Seguro que serán de mayor beneficio para el país.
Con la colaboración de Upa Ruiz
X: @upa_ruiz
This email address is being protected from spambots. You need JavaScript enabled to view it.
This email address is being protected from spambots. You need JavaScript enabled to view it.
X: @Lmendivil2015