Dos Bocas fue inaugurada en tres ocasiones y es fecha que apenas está produciendo al 12% de su capacidad y con
dos años de retraso, por lo cual su rentabilidad está duda
M. en C. LUZ ELENA ESCOBAR, SECRETARIA DE ENERGÍA:
"Agujero: hueco, pozo, ratonera": Diccionario de la RAE
El día de ayer, durante su gira por Veracruz, la presidenta Claudia Sheinbaum afirmó que el “objetivo, lo inició el mejor presidente de México, Andrés Manuel López Obrador; él inició el rescate de Pemex, Pemex comenzó a producir petróleo, recuperó la refinería a cargo de la Refinería ‘Olmeca’ en Dos Bocas, en Paraíso, Tabasco (…) Y ahora uno de nuestros objetivos es recuperar la petroquímica de Pemex.”
La verdad, señora secretaria, no sé si reír o llorar.
Que don Andrés quiso rescatar la petrolera no me cabe duda, pero que lo haya logrado es otra historia; empecemos porque cuando el entonces director de PEMEX, Octavio Romero Oropeza, fue a Nueva York a presentar su plan financiero a los grandes capitales, a ellos sí que les dio un ataque de risa, manifestación premonitoria del desastre al que Romero llevaría a la empresa.
Después de que el gobierno federal le inyectó carretadas de dinero y le condonó impuestos, la empresa tiene una deuda financiera de un billón 980 mil millones de pesos y a sus proveedores les debe 600 mil millones de pesos. El adeudo se ha vuelto tan crítico que trabajadores de la plataforma Pol-Alfa se pusieron en huelga de hambre por la mala calidad de alimentos que reciben, pero con la pena de que PEMEX le debe 40 millones de pesos al proveedor.
Usted sabe mejor que nadie, que la actual administración tuvo que decretar una “contención del gasto”, expresión eufemística para amparar la suspensión y/o aplazamiento de licitaciones, inspecciones, rehabilitación y hasta mantenimiento; esto último podría ser de graves consecuencias pues las plataformas marinas sufren un desgaste acelerado por el agua salada. Visto desde fuera, la contención del gasto lo único que indica es que no quieren hacer más grande el hoyo y eso suena razonable. Entonces, ¿cuál rescate, señora secretaria?
En principio, también suena lógico lo expresado por la presidenta, en el sentido de reducir la carga fiscal de PEMEX; “le quitaban prácticamente todo el recurso que generaba”, dijo la mandataria. Es cierto, todos los gobiernos anteriores tenían a la petrolera como el cofre infinito de donde sacar para obras y servicios. Y hay que reconocer que, gracias a la condonación, la petrolera pudo darle un pequeño bajón su a deuda externa. Lo que no veo es cómo se van a sustituir los dineros que provenían de PEMEX, máxime que la 4T-2 se rehúsa a llevar a cabo una reforma fiscal.
Podríamos seguir al infinito con el problema financiero, pero el espacio es reducido, así que pasemos al asunto de la producción. La expectativa de Hacienda para asignar el presupuesto de PEMEX se basó en que ésta “muestre un desempeño inercial moderado, dadas las condiciones actuales de maduración de los campos petroleros.” ¿Qué debemos entender por moderado? No es que le quiera llevar la contra a doña Claudia, pero el rescate de PEMEX tampoco se vio en la producción. La meta anunciada en 2019 era 2.5 millones de barriles diarios; a lo largo del sexenio no rebasó el millón y medio de barriles.
No le quiero agriar la mañana, doña Luz Elena, pero la calificadora Moody’s ve un panorama más sombrío para la petrolera, pues estima que, “de insistir México en la autosuficiencia energética, Pemex requerirá un mayor apoyo del Gobierno en los próximos años para cubrir sus obligaciones de deuda y requerimientos de liquidez”. Para 2026 la petrolera requerirá unos 350 mil millones de pesos por parte del gobierno mexicano para continuar con esa política.” ¿De dónde van a salir tantos pesos?
Hasta donde entendí, los arreglos legales que se discuten en el Congreso pretenden que la iniciativa privada participe con PEMEX en la exploración y extracción, pero solo en las zonas de interés pre-establecidas por la petrolera. De ser esto correcto, el quid del asunto estará en que -a diferencias de las rondas anteriores- si hay alguna pérdida, pues será compartida. Nuevamente, ¿de dónde saldrán los dinero para afrontar proyectos de tan alto riesgo?
Y luego está el asunto de la refinación. Como nos la quieran pintar, Dos Bocas es… ¿Cómo decirlo para que no suene feo? Su edificación costó más del doble hasta llegar a 392 mil millones de pesos (considerando la paridad a 20 pesos por dólar). No tuvo la planeación necesaria, pues de haberse llevado a cabo, no hubiera ubicado a la refinería en un área que se inunda con hartísima frecuencia. Y estaban advertidos, doña Luz Elena por la manifestación de impacto ambiental.
Dos Bocas fue inaugurada en tres ocasiones y es fecha que apenas está produciendo al 12% de su capacidad y con dos años de retraso, por lo cual su rentabilidad está duda. Mire, no me quejo por deporte; si la mitad de ese mundanal de dinero se lo hubieran metido a la modernización de las seis refinadores existentes y la otra mitad a escuelas, hospitales y carreteras…
Así las cosas, el anuncio de que ahora van por la petroquímica me pone a temblar.
Con la colaboración de Upa Ruiz
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