Noventa días de campaña, miles de pésimos spots en radio y televisión, cientos de miles de kilos de basura, entre hules,
carteles de papel, y mentiras infinitas. Ningún partido se salva de las mentiras, fuere para prometer, fuera para atacar a los otros, fuera para enganchas ciertas audiencias, fue una guerra de espantosas mentiras.
De las candidaturas, fueran locales o federales, a las senadurías o diputaciones, poco fue lo que aportaron, poco se puede recordar de sus bla, bla, bla, bla. No fueron capaces de hacer pensar a un electorado ávido de una esperanza de futuro mejor, la esperanza de progreso, de eso nada.
Las campañas fueron utilizadas por los partidos para establecer una guerra propagandística, que derivó en ataques y acusaciones, la mayoría sin pruebas. Las candidaturas a la presidencia, abusaron de los ataques, la soberbia de una, la sencillez de la otra, el interés del único varón, no aportó nada.
Los partidos de las dos coaliciones y el tercer partido, poco les importo convencer, nada quisieron hacer por mostrar un poco de respeto por el electorado. Fatuas promesas, frívolas ideas irrealizables, inalcanzables propuestas en salud, en apoyos económicos, más dádivas que sólo mantienen depauperado al pobre.
El ciudadano presidente, dejará las arcas vacías, un país endeudado, y obras fastuosas, de relumbrón y quedarán inconclusas. La intervención del señor del Palacio Nacional, metió las manos lo que le dio la gana, de manera ilegal en las elecciones, con un valemadrismo inmenso.
Las autoridades electorales nada hicieron, convirtiéndose en cómplices del delincuente electoral, quien debiera ser el más obligado a cumplir las leyes. El señor presidente, dejará instituciones destruidas, aniquiladas, y a medio camino de la extinción a otras.
Dejará a la Suprema Corte de Justicia de la Nación, -SCJN-, es decir a todo el aparato de justicia, a punto de la destrucción. El presidente, dejará un sistema de salud pública destrozado e inservible, se requiere un gran dolo, una perversidad del tamaño del universo.
Sea quien fuere la triunfadora de las elecciones, recibirá un país en la ruina económica, petrolera y tecnológica, en educación, la ruina total. Si ganase la candidatura del régimen, las loas a lo hecho por el anterior presidente, serán el pan nuestro de cada día, lo mismo que la destrucción de nuestra patria.
Si ganase la de las oposiciones, tendrá que convocar a un gran pacto de conciliación, tendrá que buscar créditos para que pueda salir airosa en los primeros meses de su gestión. La situación no será fácil para nadie, la economía se deprimirá, vendrá la presión de los incumplimientos con el TEC-MEC, habrá elecciones en los EEUU y eso pondrá tensión en las relaciones.
Usted acuda a votar, vote por quien usted quiera, pero vaya a votar, invite a los jóvenes a acudir a votar, es muy seria esta responsabilidad, debemos votar.
Vote, vote, vote, vote, vote.
Con todo en contra, la sociedad aún conserva la esperanza. Hasta la próxima.
Hasta la próxima.
Jesús Corona Osornio
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Periodista, Psicoanalista, Director de Analítica Lacaniana, autor de El Acento Periodismo. Miembro de la Academia Nacional de Periodistas de Radio y Televisión. con más de 37 años ejerciendo el periodismo en México.