Declinar promesas de campaña

Desde hace tiempo, se ha advertido por los especialistas en el tema de las finanzas públicas, que el sexenio que

concluye, dejaría poco presupuesto, casi nada.

Durante las campañas, es casi un hecho normal, que se hagan promesas imposibles de cumplir, promesas que son solamente recursos retóricos y nada más.

Pero existe una memoria periodística que registra cada palabra de quienes, candidatas y candidatos, alzan la voz para ofrecer lo inalcanzable.

Es un fenómeno que se da en todo el mundo, digamos que forma parte de las reglas no escritas, son de manual.

Prometer no empobrece, las promesas se las lleva el viento, las promesas son vacuidades que pronto se olvidan.

Sin embargo, el registro se da, existe el archivo, la memoria colectiva, que reclaman se cumplan aquellas encendidas palabras, las cuales no serán hechos concretos.

A la clase política, sea del país que fuere, les molesta que les recuerden y exijan el cumplimiento, de inmediato una serie de excusas son exaltadas o de plano la negación de los hechos.

La salida más fácil, con la que suelen de manera constante tratar de librar la situación, es acusar a los medios de tergiversar los hechos.

Las políticas y los políticos no tienen vergüenza, son profesionales de la mentira, de la falsedad, son expertos en engañar a las masas.

Terrible como en México, desde la llegada de Morena al poder, la mentira se haya convertido en lo cotidiano, en forma de gobierno.

El ciudadano presidente, en sus 18 años de campaña, realizo mil promesas y más, no acabó con la corrupción, no termino con el influyentismo, ni terminó con la pobreza.

La popularidad de la que goza, no es orgánica, es artificial, inflada por la compra de conciencias, a través de los programas sociales del chantaje y la amenaza.

Durante seis años, cada mañana se dedico a engañar, falsear la realidad, negar sus fracasos, atacar al pasado y culparlo de todos los males de nuestra nación.

El señor del palacio, le heredará una deuda tremenda, más de 100 mil 381 millones de pesos, 1.36 billones de pesos al cierre del 2023, lo que equivale a 4.3%del PIB.

El sexenio del señor AMLO, terminará con endeudamiento severo, muy poco crecimiento, un presupuesto militarizado, y grave deterioro de las empresas del Estado.

La señora Sheinbaum lo sabía, y aún así aceptó el riesgo, la carencia de recursos será la constante en sus primeros meses de gobierno, se endeudará para cumplir los programas sociales, base de su éxito político electoral.

Por eso es que ahora, comienza a decir en ruedas de prensa, de algunos apoyos prometidos, no serán de manera inmediata, como la pensión para las mujeres de 60-64, ahora según la candidata ganadora, tendrá que ser de manera escalonada, en fin vamos por los pretextos, las excusas, los deslindes, el incumplimiento y nada más.

Claudia Sheinbaum, no verá la luz del sol, con el desmadre financiero que le deja su predecesor y le complican la existencia y le obligan a cancelar, declinar promesas de campaña.

Hasta la próxima.

Jesús Corona Osornio

@coronaoso

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Periodista, Psicoanalista, Director de Analítica Lacaniana, autor de El Acento Periodismo. Miembro de la Academia Nacional de Periodistas de Radio y Televisión. con más de 37 años ejerciendo el periodismo en México.