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El pasado primero de diciembre, el Senado de la República aprobó el dictamen de la Ley de Transición Energética (LTE), que establece un marco jurídico para que México pueda aprovechar el uso de electricidad a partir de fuentes limpias. La aprobación de la LTE es un paso acertado ya que establece la reglamentación y ruta crítica para reducir emisiones contaminantes y crecer de manera sustentable. Sin embargo, la poca voluntad política, el rezago del país en materia de energías renovables, y la alta dependencia en combustibles fósiles, son obstáculos que ponen en riesgo una verdadera transición energética, indicaron especialistas del Centro de Investigación para el Desarrollo, A. C. CIDAC.