La Amnistía del Río Bravo
PRESIDIO, TEXAS.- Arturo se congela, pero debe comer. Son las tres de la mañana en una madrugada desconocida que protagoniza un frío brusco. Es 1986. Su nariz debe estar roja del frío. No importa si es verano o primavera, el río siempre está frío. Arturo trabaja con comida, con cultivos de cebolla, a veces de melón. Sí importa, porque la tierra depende del verano o de la primavera —o invierno—. El maldito frío.