El punto crítico
Información útil para la toma de decisciones 
Rusia lanza su propio sistema de tarjetas de crédito para contrarrestar las restricciones adoptadas por Visa y Mastercard. El presidente del país, Vladímir Putin, justificó esta decisión después de que Visa y Mastercard dejaran de proporcionar sus servicios de pago a los clientes de bancos rusos como consecuencia de las sanciones occidentales por la anexión de Crimea.
Lo crimeos ya tienen oficialmente el rublo como moneda propia, pero no saben cómo beneficiarse. Los comercios no están preparados para un cambio tan rápido, las tarjetas de crédito no funcionan con la divisa rusa y los pensionistas esperan que alguien les pague. El lunes pasado, el gobierno de transición decidió adelantar en una semana el paso de la grivna ucraniana al rublo ante el bloqueo de las transacciones desde la antigua capital Kiev. Ambos lados se echan la culpa de este bloqueo.
El nuevo ministro de Finanzas ucraniano, Oleksander Chlapak, anunció que su Gobierno negocia un préstamo de entre once mil y catorce mil millones y medio de euros con el Fondo Monetario Internacional. El ministro habló de que el acuerdo estaba cercano.
La tendencia no es nueva ni está ligada a las tímidas sanciones que tanto Bruselas como Washington han aprobado contra Moscú por la anexión de Crimea. Sin embargo, los riesgos geopolíticos que afronta el Kremlin con esa delicada maniobra han espantado a los inversores y pueden poner en peligro la construcción del gasoducto South Stream.
Luxemburgo y Austria, hasta ahora reacios, han cedido finalmente y han aceptado una nueva directiva europea, acordada por los jefes de estado y de gobierno de la UE, en materia de lucha contra el fraude y la evasión fiscal, unas prácticas que cuestan un billón de euros a las arcas de los 28 cada año.
Forma parte de la ayuda comunitaria para asegurar la estabilidad financiera y política del país a corto plazo, con el objetivo de que afronte una serie de reformas en torno a la lucha contra la corrupción y una mejor gestión de sus arcas públicas.
Rusia se abstiene de un control de capitales, a pesar de la huida acelerada de estos en las últimas semanas. Las autoridades del banco central ruso aseguraron que no tienen intención de restringir estas salidas y que las medidas financieras adoptadas hasta ahora serán suficientes para restablecer la situación.