Una de las grandes preguntas que los expertos en dinosaurios se han planteado durante mucho tiempo tiene que ver con su metabolismo. Durante más de 50 años los científicos han intentado saber si se trataba de animales de sangre fía o sangre caliente. Una pregunta que para los profanos puede no tener demasiada importancia, pero cuya respuesta podría servir, por ejemplo, para saber si eran más parecidos a las actuales lagartijas o a los elefantes.