La ciudad de Roma, Italia, fue el escenario donde el presidente de México, Enrique Peña Nieto, sostuvo encuentros por separado con los representantes de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO, por sus siglas en inglés), José Graziano da Silva; y la directora, Etharin Cousin, del Programa Mundial de Alimentos (PMA).
Con el objetivo de combatir la pobreza y la marginación de 7.4 millones de mexicanos, el jefe del ejecutivo espera que ambas instituciones globales apoyen la Cruzada Nacional contra el Hambre, que el presidente Peña lanzara en enero pasado.
Peña Nieto señaló que se trata de una estrategia integral, no asistencialista, que prevé mejorar la calidad de vida de los mexicanos más pobres, a través de llevarles infraestructura básica y servicios como agua potable y drenaje, caminos, electrificación, salud y educación.
Se tiene previsto que funcionarios del Programa Mundial de Alimentos viajen a México en las próximas semanas, para hacer un diagnóstico del alcance de la Cruzada Nacional contra el Hambre, y sus repercusiones.
Por su parte, Graziano da Silva hizo un amplio reconocimiento a la iniciativa por su diseño, la focalización de sus acciones y el importante componente de participación social que tiene, a través de la convocatoria a la inclusión de organizaciones de la sociedad civil.
Se destaca que en el mes de abril se logre firmar un acuerdo de ayuda mutua entre la FAO y el Gobierno de la República.
“La intención es que estos programas muestren eficiencia, resultados, y que además estén reconocidos por organismos internacionales que tienen los mismos objetivos, como es la FAO”, declaró Peña.
En ambas reuniones, el presidente Enrique Peña estuvo acompañado por el canciller de Relaciones Exteriores, José Antonio Meade Kuribreña.
José Luis Cabral/This email address is being protected from spambots. You need JavaScript enabled to view it..