Amigas queridas, hoy hablemos de una gran mujer que ha inspirado batallas, sincretismo de culturas, compromisos de abstinencia, peregrinaciones, milagros, conversiones, amores, reconciliaciones y muchas cosas más.
Una sencilla mujer judía, que de acuerdo con la tradición, decide tomar la gran misión que su Dios le propone: ser la madre del
Mesías. Siendo una mujer joven (aún no se ponen de acuerdo respecto a su edad), la Virgen María dice SÍ a su Dios, con ese sí que significa aceptación plena y responsable, no un simple sí impulsivo, un sí amoroso a su Fe.
Es esa mujer, sencilla, del pueblo, quien acoge la misión más importante del mundo: la encarnación del redentor. Y me detengo en este punto porque me interesa puntualizar: UNA MUJER SENCILLA. Es increíble cómo, actualmente, tomamos parámetros de mujeres creadas por la mercadotecnia, que no tienen nada que ver con nuestro día a día. Mujeres de cuerpos diseñados a base de cirugías plásticas o Photoshop. O mujeres talentosísimas que las transforman en esquemas de belleza provocativos, que hacen que se compre más su actitud sexual que su gran talento en la música, el canto o la actuación. Y dejamos a un lado el sentido real de la mujer actual que dista mucho de ser un simple objeto sexual.
La mujer que ha hecho milagros, que llena su Basílica todos los 12 de diciembre, no era ostentosa, ni atractiva. Al contrario, era una mujer que cumplía cabalmente sus obligaciones como muchas mujeres de nuestro país, que desarrollan sus propios talentos, todos los días, los 365 días del año, y que no visten provocativamente, pero que pueden ser mucho más sensuales y entregadas con su pareja, a pesar de cumplir con muchos más roles que le impone su actividad diaria.
La sencillez es una virtud que poco a poco las mujeres hemos perdido en una sociedad de consumo, y creo que este 12 cabe perfectamente la reflexión. Tantas y tantas mujeres que día con día se tienen que levantar al amanecer a preparar mamilas, a pintarse a media luz, a usar unos tacones desgastantes en el transporte público que las sobaja y las oprime. Que desarrollan jornadas laborales extenuantes, que no les permiten convivir y cuidar a sus hijos, y que aún así, tienen que llegar a preparar la vida de su familia para el día siguiente. Son mujeres sencillas, como la Virgen María, que silentes cumplen sus obligaciones, sin reflectores, que luchan por ser felices y hacer feliz a su familia, que aportan su granito de arena al inmenso destino de este Universo. Hoy, a todas las Marías y Mujeres mexicanas que encontraron, como la Virgen, el amor y la entrega en el servicio: Muchas felicidades y mi gran reconocimiento.
Te recuerdo que a partir de enero iniciamos la CASA MUJER ES UN PLACER, un centro de capacitación activa orientada al trabajo para lograr el empoderamiento de la mujer, pero especialmente: SU FELICIDAD. Participa en nuestro evento de recaudación este 20 de diciembre de 11:00 a 23:00 hrs: conferencias, conciertos, comida deliciosa, cata de vinos. Boletos: 5582-4140 ó en el evento; Gemelos no. 54, colonia Prado Churubusco casi esq. Eje Ermita.
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¡BESOS Y DISFRUTA TU VIDA… TE LO MERECES!
ANDREA DE LA TORRE
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