El Banco de México tiene como mandato constitucional principal conducir la política monetaria del país, procurar la estabilidad de la moneda mexicana, que corresponda a la cantidad de bienes y servicios que hay en la economía y por ende, seguir de manera puntual los niveles inflacionarios y en su caso emitir las políticas a fin de controlarlo, como un indicador permanente de la salud económica interna, que como se sabe debe ser competitiva en particular con el socio más importante, los Estados Unidos.
Y ante el actual panorama de una caída del precio del petróleo el responsable del Banco Central señaló que se deben hacer ajustes en el gasto público (en particular PEMEX) o en su caso estarían obligados a “apretar” la política monetaria mexicana. Lo que es elemental, si los ingresos de cualquier persona, empresa o país, se reducen, lo inmediato es ajustar la manera en que gastamos, “apretarnos el cinturón”. Cierto, no son medidas populares pero sí necesarias.
Y esto debe importarnos porque si bien, los medios, el debate, la clase política, hasta algunos personajes de la farándula, durante estas dos semanas están haciendo una cobertura permanente de la visita papal (incluso plumas periodísticas se han declarado sorprendidas sobre el tipo de mensajes que ha dejado) nuestra realidad mexicana nos debe seguir importando, en particular la relacionada a la materia económica. Y no es que no sea relevante lo que un jerarca religioso nos venga a transmitir, particularmente el Papa Francisco quien está teniendo una campaña dura y seria en contra del gremio conservador en el Vaticano y sus huestes repartidas en el mundo, que seguro no ven con buenos ojos las declaraciones a favor de la clase trabajadora y de los más desprotegidos. Pero su visita, debemos ponerla en el contexto adecuado, no podemos que pedir que con esto de manera automática cambie nuestra realidad, en particular la económica.
La próxima semana deberemos retomar los temas cotidianos, estar atentos de las decisiones que los responsables del gasto público tomen y por ende en materia monetaria y sus repercusiones en la economía real. Se ha señalado que no será un año sencillo en lo económico, por lo tanto, nos debe importar lo que se informe al respecto, porque después de esta sana visita, de las responsabilidades que cada uno asuma creo que el mensaje final tampoco está divorciado de la obligación de llevar a buen puerto a nuestro país.
Que estas visitas sirvan para la reflexión personal y como sociedad, que sirvan para más allá de maquillar calles y banquetas, replantear el papel que todos tenemos en un país al que históricamente se le debe mucho, donde el ciudadano de a pie hasta el funcionario público replanteen su responsabilidad, que el decisor de las cosas públicas sea un poco más Papa en cuanto a ser sensible con los sectores más desfavorecidos y sea menos ortodoxo en cuanto a la aplicación de sus decisiones. Esperemos que las próximas noticias en materia económica, en particular sobre el tema de las tasas de interés, se vea que hemos aprendido algo estas dos semanas.
Dr. Luis David Fernández Araya
*El Autor es Economista y Doctor en Finanzas, Profesor Investigador de Varias Instituciones Públicas, Privadas y Funcionario Público.
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