PRI, Estrategia Fallida
Cada quien tendrá su balance personal de las elecciones del domingo 5 de junio. Mi atención se centra en cómo el PRI resulta afectado por fracasos electorales derivados de pésimos ejercicios de sus gobiernos locales y el desgaste acumulado del gobierno federal que encabeza Peña Nieto, quien resulta ya un lastre. Quien mejor capitalizó esa animadversión, no hay duda, fue el PAN, con y sin alianzas, vuelve a ser percibida como la opción opositora viable para derrotar al PRI gobierno.
A principios de marzo, en un recorrido por el puerto de Veracruz y Boca del Río para respaldar a su candidato, Héctor Yunes, el presidente del PRI, Manlio Fabio Beltrones, se refirió indirectamente al gobierno de Javier Duarte señalando que “Hay que corregir todo aquello que se hizo mal”. Experimentado, el político sonorense puso sobre la mesa del cuarto de guerra priísta la cabeza del aún gobernador, convencido de que sacrificarlo en ese momento le daría posibilidades reales de ganar la elección. Su propuesta no pasó en Los Pinos y se optó por seguir el camino de la fragmentación del voto. Resultado: Ni Juan Buen Otorio, ex panista convertido en “independiente”, ni Cuitláhuac García Jiménez, candidato de Morena, impidieron que el voto útil se centrara en Miguel Ángel Yunes Linares de la alianza PAN-PRD, quien se alzó con la victoria.
Otra muestra de una campaña con lastre se dio en Chihuahua. El candidato de la coalición PRI-PVEM-Nueva Alianza-PT, Enrique Serrano Escobar, cargó a cuestas un anunciado y palpable voto de castigo contra el gobierno delpriísta Cesar Duarte, sobre quien pesa una denuncia penal presentada ante la PGR por el activista Jaime García Chávez, por presunto enriquecimiento ilícito, peculado y uso indebido de atribuciones y facultades; la demanda incluye que se esclarezca el presunto desvío de recursos públicos realizados a lo largo de tres años de 83 mil millones de pesos de fondos estatales depositados en la Unión de Crédito Progreso. Estos cargos fueron respaldados en todo momento por el candidato panista Javier Corral, quien conformo una alianza amplia y plural con sectores sociales, figuras públicas relevantes y de prestigio,dentro y fuera de Chihuahua, hicieron eco en la necesidad de cambio, estrategia que a la postre le llevó al triunfo.
Enrique Peña Nieto, quien obtiene un respaldo de entre el 32 y el 35 por ciento de la población, es un ancla para el PRI y el desastre de estas elecciones no hace más que hundir las esperanzas de ese partido para volver a ganar la Presidencia en el 2018.