Birmingham, Reino Unido. El 23 de junio los británicos votaron por el brexit. El índice de participación electoral fue de 71.8%, que corresponde a más de 30 millones de votantes. El 52% votó a favor de salirse de la Unión Europea, mientras el 48% optó
por quedarse, no obstante los últimos sondeos, priori el conteo, indicaban la victoria de la permanencia. Como consecuencia del referéndum el siguiente día el Primer Ministro David Cameron renunció de su cargo.
El Reino Desunido
Los resultados sorprendieron a muchas personas, dado que ese mismo día se lanzó una petición para el segundo referéndum. Muchos votantes cuando vieron la reacción de los mercados internacionales y la pérdida de valor de la libra y de la bolsa de valores de Londres empezaron a arrepentirse. Es abrumador que posterior al sufragio el Google registró un número elevado de las búsquedas con la pregunta “Qué es la Unión Europea?”, con lo cual podemos concluir indudablemente que varios votantes no sabían los pros y contras que su voto por la salida de la Comunidad Europea, traería como consecuencia.
Pareciera que fuera un voto contra el gobierno, contra David Cameron, contra la inmigración; muchos entendieron mal la pregunta, o mejor dicho creyeron en la retórica populista del Partido de la Independencia del Reino Unido que ponía un denominador común entre la Unión Europea y la inmigración. En realidad la inmigración extracomunitaria no tiene nada que ver con la Unión Europea, en cuanto a los inmigrantes comunitarios, su situación probablemente no cambiará, ya que si el Reino Unido quiere hacer parte del mercado común europeo tendrá que aceptar el flujo libre de los ciudadanos del Espacio Económico Europeo, como lo es actualmente.
Creo que los mismos políticos que apoyaron el brexit, sobre todo los del partido conservador; no creían en la victoria, así que ahora no saben qué hacer. Una cosa es no estar satisfecho de la manera en cual la Unión Europea está gestionada, de sus leyes y regulaciones y otra cosas totalmente distinta es salirse del bloque europeo. Creo que en realidad en algunos casos el apoyo a la campaña electoral pro brexit fue solamente para posicionarse dentro de su propio partido, ya que el mismo Boris Johnson dijo que no había necesidad para apurarse en implementar el artículo 50 del Tratado de Lisboa que formalmente iniciaría el proceso de la salida; esto puede indicar que los mismos “brexiters” no están seguros cómo será la relación futura con la Unión Europea. Boris Johnson escribió en un artículo en The Telegraph que el Reino Unido era parte de Europa y que iba a tener el acceso al mercado interior de la Unión Europea, se le olvidó decir que eso será posible siempre y cuando la Gran Bretaña participe económicamente, pagando como lo hace ahora y aceptando la circulación libre de los bienes, servicios, capitales y personas, no se puede “comer el pastel y tener el pastel”.
La crisis continúa, mientras los mercados internacionales siguen siendo negativos, por una parte como resultado directo del referéndum y por otro lado, sin dudas, como consecuencia del clima político en cual se encuentra hoy la Gran Bretaña. Los dos partidos principales están divididos sobre el resultado del sufragio y no se sabe quién será el nuevo primer ministro. Ahora el Reino Unido necesita un líder carismático, en mi opinión seguramente no lo es Boris Johnson, también porque a los del 48% quiénes votaron por la permanencia es una figura negativa que divide no une la sociedad británica. Queda todavía la cuestión del riesgo de la desintegración del Reino Unido, dado que Escocia e Irlanda del Norte votaron por la opción de quedarse en la Unión Europea, eso podría llevar a la separación de Escocia y de Irlanda del Norte del Reino Unido, de hecho la Primer Ministro escocesa Nicola Sturgeon ya declaró la batalla por el nuevo referéndum sobre la Independencia de Escocia, podríamos tener entonces el Reino Desunido.
El futuro de la Unión Europea
Sin lugar a dudas la vida post-brexit se delinea en manera insegura, visto que todavía es demasiado temprano para decir qué va a pasar en el futuro próximo y como serán las relaciones entre la Unión Europea y el Reino Unido, no solo en nivel comercial, sino también en nivel político. Se siente una cierta presión de parte de los políticos europeos para invocar el artículo 50 y empezar el proceso de la salida británica.
Indiscutiblemente el panorama económico tampoco es favorable para la Unión Europea por la incertidumbre del futuro de la misma. Europa ha estado en crisis político en los últimos meses y ahora con el brexit que puede empujar otros países comunitarios para hacer sus propios referéndums. Sin embargo Berlín y Paris podrían usar esa situación a su favor. Tengo la impresión que en realidad estos, los dos países más fuertes de la Unión Europea, querrían el brexit, ya que muchas veces el Reino Unido bloqueaba sus proyectos políticos y ahora van a poder hacer lo que quieren, sin objeciones. La posición de ambos va a ser más fuerte dentro del bloque comunitario y será más fácil sembrar la idea del Estado Europeo y del ejército europeo.