Recién terminado el proceso electoral de 2017, donde el Partido Revolucionario Institucional (PRI) ganó dos de tres gubernaturas y fue el partido más votado a nivel nacional, los partidos de izquierda (PRD); de derecha (PAN), iniciaron pláticas para construir un Frente Amplio Opositor que le de batalla al PRI y a Morena con miras a la contienda electoral de 2018.
Resulta vergonzoso que se olviden de su ideología, principios y valores, así como ejes rectores de sus estatutos, seguramente los fundadores de estos partidos se sentirían traicionados y por lo mismo nunca avalarían dicha mezcla.
Estos institutos políticos son capaces de entregarse entre sí para intentar rescatar algo que a simple vista ya no tienen, que es apoyo de los ciudadanos.
No me imagino a un candidato del Frente Amplio emanado del PRD, rechazando el aborto en un evento con panistas o viceversa; perredistas y panistas desde su origen, son como el aceite y como el agua, como América y Chivas, son totalmente lo contrario y sería imposible que un Frente Amplio logrará convencer a la gente.
En las elecciones del Estado de México; por ejemplo, ni sumando los votos del PRD y el PAN les hubiera alcanzado para ganar la elección; o por lo menos, quedar en segundo lugar, lo que se ve muy parecido en el escenario nacional ya que juntar a la izquierda y derecha provocaría que los militantes duros de esos partidos preferirían no votar por nadie que tener que sufragar por el abanderado del otro.
La triste historia del Frente Amplio de reduce a los líderes de los partidos que no quieren perder prerrogativas, ni beneficios ya que esto les restaría el poder que están acostumbrados a ejercer. Hoy vemos que el famoso frente sólo serviría para posicionar a unos cuantos militantes de ambos partidos antagónicos, sin que esto sea el reflejo de lo que su militancia desea.
El 2017 sirvió para poner a cada quién en su lugar; el PRI fue el partido que más votos tuvo seguido de Morena, esto sumando los 4 estados donde hubo elecciones; derivado de esto, lo único que le queda al PAN y PRD es intentar ir juntos en el 2018 y no quedar rezagados, pues esto los sacaría de la mesa de los acuerdos de la cual tanto han ganado con tan poco que ofrecer.
El Frente Amplio no preocupa a Morena pues los perredistas decepcionados voltearán a ver con buenos ojos a Andrés Manuel López Obrador como la opción a seguir votando por la izquierda genuina; y del lado del PAN, sus militantes decepcionados buscarán en el candidato del PRI su identificación pues por el PAN-PRD jamás votarían, así que si pensaban que este frente mandaría al PRI al sótano les digo que será al revés y que al final de camino gracias al Frente Amplio la contienda federal será de dos: PRI contra Morena.
Solo el tiempo me dará la razón, así que nos leemos en el 2018.
Maestrante en Alta Dirección de Gobierno y Políticas Públicas
Twitter: @ESTEBAN_RUIZ_C