Rumbo de la Iniciativa Mérida

(Cambio en la estrategia de Estados Unidos)

La relación bilateral entre México y Estados Unidos, hasta antes de 2008 se había centrado principalmente en temas económicos, teniendo como uno de los logros más importantes el TLC (que también incorporó a Canadá).

Sin embargo, a partir de 2008 vimos un nuevo mecanismo de cooperación bilateral entre México y Estado Unidos orientado principalmente a un tema prioritario de la agenda: “Seguridad”.

La importancia de esta nueva forma de cooperación radica en la aceptación compartida en la responsabilidad para atacar las diversas formas del crimen organizado. La formalización de éste mecanismo se dio con la firma de la Carta de Acuerdo  de la Iniciativa Mérida, la cual fue firmada por los Presidentes Calderón y Bush en Diciembre de 2008. 

No podemos olvidar que el Presidente Calderón durante su mandato fue muy criticado por la estrategia de seguridad la cual se caracterizó por una “Guerra contra la drogas” muy al estilo norteamericano. Sin embargo más allá de los juicios que se han hecho al respecto, al día de hoy la Iniciativa Mérida sigue vigente, y de acuerdo a fuentes oficiales se puede ver traducida en donaciones de equipo y capacitación a los servidores públicos del ramo de seguridad, equivalentes a 2.3 mil millones de usd.

El tema hoy radica en el rumbo que tomará esta Iniciativa a partir del 20 de enero de este año, que el nuevo Presidente de los Estados Unidos (Donald Trump) tome posesión. Desde su campaña ya ha hecho notar que México no es un tema prioritario en su agenda y ha hecho declaraciones importantes respecto al tema económico, que resultan poco favorables. Sin embargo aun tenemos dudas respecto de la estrategia que se tome en el tema de seguridad.

Desde un punto de vista objetivo, se podría asegurar que la Iniciativa Mérida (IM no va a terminar. Y la razón no tiene tanto que ver con que los Estados Unidos quieran ayudar a México, sino, en que esta herramienta de cooperación ha creado canales de comunicación y mayor influencia para Estados Unidos, en temas que para México son de Seguridad Nacional y que difícilmente querrán perder. Aunque esto no quiere decir que las cosas no van a tener un giro interesante.

Un punto muy importante a resaltar es que la IM se firmó con el Presidente Bush, quien es del mismo partido que el futuro Presidente Trump. Y ésta es la clave para entender como funcionará a partir de los próximos días. Durante el inicio de la IM la cooperación principalmente se materializó en donaciones de equipos de alta tecnología y aeronaves de uso militar, los cuales dotarían de herramientas necesarias a las instituciones de seguridad en México para combatir a los cárteles mexicanos (lo que se conoce como “Pilar I: afectar la capacidad operativa del Crimen Organizado” y “Pilar III: Crear la Estructura Fronteriza del Siglo XXI” ). Durante este periodo se entregaron 9 helicópteros, 5 aeronaves de inteligencia y se reforzaron los cruces fronterizos con equipo no intrusivo en 10 puntos de inspección. Es decir durante éste periodo se negoció el “hard-power” aunque los equipo llegaron durante los siguientes años principalmente en 2010 - 2012.

Durante los siguientes años, la cooperación siguió su rumbo pero con un matiz diferente, se invirtió en “soft-power” representados en los otros dos pilares de la Iniciativa Mérida: Pilar II.- Institucionalizar la capacidad para mantener el Estado de Derecho; Pilar IV.- Construir Comunidades Fuertes y Resilentes. Principalmente esta cooperación se centró en la profesionalización y certificación de servidores públicos y de procesos al interior de las instituciones. Un ejemplo es la capacitación y certificación de los poligrafístas del Centro de Evaluación y de Control de Confianza. Otro ejemplo significativo es la capacitación de  860,000 estudiantes de secundaria que recibieron capacitación en cultura de la legalidad. Sin embargo los resultados de estos pilares son menos evidentes en un corto plazo y no tienen un impacto inmediato en términos de decomisos o capturas como los Pilares I y III. Claro que esto no quiere decir que sean menos eficaces. En realidad estos programas atacan problemáticas estructurales que deben ser atendidas en forma paralela. Por lo tanto lo que se puede esperar para los próximos años es una redistribución de los recursos asignados al programa de la Iniciativa Mérida, los cuales seguramente serán recortados en general, pero dentro de los recursos que sean asignados se privilegiará a los proyectos de los Pilares I y III y lamentablemente se recortarán los proyectos de los programas II y IV.  Lo que nos llevará nuevamente a un desequilibrio en la estrategia, más “hard-power” y menos “soft-power”

Puntos a considerar para un análisis más profundo:

Los Pilares I y III, representan a la industria militar y armamentista así como el financiamiento al desarrollo de nuevas tecnologías de guerra en los Estados Unidos, los cuales son grupos de poder que apoyan al partido Republicano. 

La IM no significa recursos financieros que son entregados al Gobierno Mexicano, a México se le hace entrega de los equipos y de las capacitaciones. Por lo que todos los procesos de contratación y ejercicio de los recursos están en manos de US y por política se privilegia a los proveedores norteamericanos.

El argumento del nuevo Presidente Trump es crear más empleos para los norteamericanos, reactivar y reasignar recursos a los Pilares I y III significa potencialmente un crecimiento de la industria y por lo tanto la posibilidad de crear nuevos empleos. 

Flor Castillo

M.A. International Relations and Political Science

International Security Expert