Opinión

¡Ay, Andrés Manuel!, cómo no tocar este tema con el que tropezaste hace 16 años y fuiste motivo para que Santiago Creel Miranda te endosara la paternidad de la cultura del sospechosismo.

Por muchas razones como que Ebrard le está comiendo el mandado al presidente. Se ha hecho indispensable, acreedor de una desmesurada confianza que le permite operar en varios terrenos.