¡que conste,… los olvidados! - 20 de julio de 2017
Don pánfilo tiene más de ochenta años, siempre ha estado al pendiente del elevador privado de los funcionarios que entran a la Secretaría y en sus sueños, cuando menos, ha pedido que conozcan su nombre y no le dejen a un lado y ordenen a cual piso quieren ir por la mañana cuando llegan todos corriendo después de los desayunos y las grillas y como si tuvieran cara de preocupación y ocupación. A un hombre de tantos años de experiencia es difícil engañar, y él sabe que no hay día en que todos se cuiden de no hacer comentarios dentro del elevador, no sea que se capten palabras y deduzcan ideas y compromisos o bien,