Tío Lolo sufre, de verdad sufre
Columna ¡QUE CONSTE,… SON REFLEXIONES!
No hay la menor duda de que cuando el Tío Lolo cena, las pesadillas lo abruman, lo joden, lo angustian, le marcan destino, lo mandan al basurero de la historia y de las perversidades. A nadie le gusta sufrir de pesadillas, sobre todo, cuando son tan reales que,