¿Se puede pedir peras al olmo? No, ¿podemos esperar que México goce del trabajo profesional y eficiente de los cuerpos policiacos? No. Y no por culpa de la policía quienes mucho hacen por sobrevivir en medio de condiciones a ratos deplorables. Hagamos un sencillo ejercicio. Ud. es contratado por x empresa, le toca en una oficina que le queda a dos horas de su casa, se le
condiciona a la entrega de resultados, trabajara 24 por 24 o doce por doce horas, su salario no llegara a los siete mil pesos, de ahí deberá pagar su uniforme, sus botas, si le toca automóvil Ud. deberá ponerle gasolina y hacerse cargo de todas las fallas pues la nave no es nueva y arroja humo por el escape, pagará por el celular de la compañía, por la luz que consuma en las oficinas, la capacitación será escasa y alejada de los estándares adecuados...esta Ud. obligado a dar resultados inmediatos , de no ser así sufrirá castigos en su salario o deberá quedarse en su zona de trabajo hasta que su jefe le diga. Haga cuentas, de los siete mil mensuales se anduviera quedando con tres mil, pocos, muy pocos se imaginan laborar bajo esas condiciones. Pues esto ocurre con los cuerpos policíacos, considerados el ultimo eslabón de la seguridad, pero el primero en mostrar el rostro del estado de derecho...en la republica de los opino-ratas se les olvida que para hablar de buenos resultados se necesita cambiar los paradigmas en materia laboral y de profesionalización de los cuerpos policiacos, ¿los queremos ver como ejemplo de honradez y efectividad? Páguenles bien y sobre todo, que no abandonen nunca las aulas que capacitación y actualizan, policías capaces de pensar, de tomar decisiones y con una firme vocación de servicio, pero se les otorga no solo dándoles uniformes y una pistola, se les siembra el orgullo y dignidad como sucede con un piloto aviador o un miembro del ejército o marina. Se les protege a ellos y a su familia, prestaciones convenientes a el nivel de peligro y no como lo que sucede en muchas regiones de México: dejándolos a la libre oferta del crimen organizado, quienes no solo amenazan, sino que pagan mejor. Nadie en su sano juicio podría esperar que a los criminales se les gane si primero no reinventamos el modelo policiaco. Paremos la saliva, que los políticos hagan lo que les toca, que la sociedad reclame a quien debe y miremos con madurez el problema. ¿Existen malos elementos? Claro, hay que sacarlos y rescatar a los buenos, limpiarlos y regresarles la dignidad para que ellos eso muestren a la sociedad. Agradecimiento y no rencor social.