Visite mi estado, Chiapas, visita obligada a San Juan Chamula, espléndido
sincretismo y manifestación de la cosmo visión de la vida en esos territorios indígenas, los turistas compran de todo, pues todo llena el ojo y llama la atención que lo que menos adquieren son los famosos muñequitos zapatistas, el sub, ramona, etc…los niños Chamulas los malbaratan, ya no son populares, por ellos llama la atención que desde esa baja popularidad salgan a maldecir el tren maya, a su promotor , al presidente AMLO, las amenazas cayeron por todos lados, confundidos los del EZLN con el calendario, no, ya no es el 94, es otro enero, y para los que conocemos la región sabemos que urge que el sureste mexicano sea rescatado de su eterna condición de miseria, no solo los pueblos indígenas, sino toda la estructura social que en Chiapas ya los estados involucrados sufren un retraso, no de años, sino ancestral.
Alguien debería decirle al sub marcos y a sus románticos seguidores que los pueblos indígenas necesitan ser rescatados a punta de inversiones, de apoyo económico y de programas equilibrados con la forma de vida y sus entornos y la serie de potencias turísticas que conlleva el ponerle atención a toda esa zona que durante décadas ha sido propiedad de unas cuantas familias y que se han aprovechado de la miseria de millones de seres humanos que subsisten.
Necesitamos voltear al sureste, pero no como la fuente de recursos naturales que ha sido indebidamente explotada, sino como una de las mayores fuentes turísticas, de promoción y de orgullo del país.
Que se cuiden nuestras selvas y sobre ese eje debe caminar el tren maya, pero no con chantajes ni amenazas de un grupo de trasnochados que poco, muy poco han aportado a la vida de los indígenas chiapanecos.
Nos consta, la pobreza en la entidad no cambio ni un ápice desde el 94, ni los acuerdos de San Andrés Larrainzar, ni el pasaporte que Fox le otorgo al subcomandante para pasearse por el país han sido útiles para que los más pobres dentro de los pobres del sureste mexicano ven a un amanecer distinto.
Y ojo, el tren maya no es la panacea, ni resolverá de golpe todas las necesidades de estos pueblos, pero su solo trazo ha ganado la atención de la opinión publica y eso ya es ventaja, pues se obliga a mirar con otra visión, lejana al folklorismo indígena, y ser mucho más conscientes de lo que en realidad se vive por allá.
Dice el dicho, “si no ayudas, no estorbes “…y bien que le acomoda al EZLN y su franquicia de un guerrillerismo de papel, de grilla barata.