Hasta ahora solamente ha sido discurso, pero los miembros del Movimiento de Regeneración Nacional se siguen encargando de comunicar a los ciudadanos que
habrá una “cuarta transformación” de este México tan nuestro que muchos han querido cambiar y que solamente lo han alcanzado en el discurso.
Hasta ahora nadie ha definido el rumbo de ese presunto cambio que habrá en torno al manejo de las estructuras del Estado Mexicano, y la reorientación de los recursos públicos para hacerlos más efectivos al intentar paliar las necesidades de la mayor parte de nuestra población.
No sé si en esa mal llamada “cuarta transformación” el primer punto de la lista de buenos propósitos sea que todos los congresistas de este país adopten la costumbre de llevar sus alimentos en “tuppers”, con lo que pretenden otorgarse un halo de “honestidad y austeridad republicana” cuando pocos meses antes frecuentaban los restaurantes más caros de la Ciudad de México.
México ha tenido tres momentos trascendentes en su historia como nación, y la primera de ellas fue la lucha por la independencia, que al final resultó una “buena negociación” entre mestizos y peninsulares para conformar una nación. Después vendría la etapa de la “Reforma”, encabezada por Benito Juárez y cuyo principal distintivo fue la separación eclesiástica de los asuntos públicos, con lo que se inauguró la etapa del laicismo en las decisiones gubernamentales.
La tercera ha sido considerada por el establecimiento del régimen actual después de los movimientos armados que se propiciaron a causa de nuestras inconformidades sociales y monetarias, y a ese lapso de tiempo le hemos llamado el régimen de “La Revolución Mexicana”, que tuvo la particularidad de consolidar instituciones a través de un cuerpo de leyes que se han venido desprendiendo de la Constitución de 1917, y que sentaron las bases de nuestro régimen político.
Hasta ahora nadie nos ha dicho en qué consiste la “cuarta transformación”, pero al paso que vamos me parece que la moda de los “tuppers” marcará el inicio de una inútil etapa de “austeridad republicana” porque bien dice la vindicta popular que “chivo viejo no hace maroma nueva”, y será altamente improbable que exista un proyecto de transformación del país con un nuevo entramado legal que nos llevaría muchos años discutirlo para satisfacer a todos los mexicanos. Ni cómo hacerle.
Al tiempo.
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