El cinismo y la corrupción se apoderaron de los panistas. No pretendo lanzar un epíteto que lastime a quienes son simplemente militantes, sino a los cínicos que se han quedo con los cargos de representación popular y que ahora se disputan el control del dinero público y los despojos que quedan de la otrora poderosa fuerza política que los llevo a la cúspide del poder. Siempre resulta difícil enfrentar la catarsis propia de quienes sufren una derrota que los lance del poder, pero pareciera que los herederos de Felipe Calderón Hinojosa pretenden disfrutarla saqueando las
prerrogativas partidistas y aquellas a que tienen derecho, porque así lo establecen ellos mismos, los integrantes de las fracciones parlamentarias en las cámaras de Diputados y Senadores. La descomposición les llego demasiado rápido, y los enfrentamientos no son por discutir la forma en que tienen o deben reposicionarse, sino por el manejo del dinero.
Las palabras del Presidente de la Cámara de Diputados, Francisco Arroyo Vieyra fueron lapidarias: "yo no quisiera meterme en ese berenjenal, porque ahí andan pisando muchos callos, y la verdad es que ya traen su propio infierno y ojalá salgan de el muy rápido, de tal suerte que el grupo parlamentario del PAN en el Senado de la República tenga toda su atención, toda su diligencia, todo su entusiasmo y capacidad en ver como abordan muchos temas que la sociedad mexicana está exigiendo. No menos lapidaria la afirmación de Diego Fernández de Cevallos quien aseguro que los que mantienen la disputa dentro de Acción Nacional no tienen ni orden ni generosidad: "nosotros nacimos para luchar por el orden y la generosidad", y considero que la división entre los grupos panistas proyecta una imagen altamente injuriosa que no responde a la historia del instituto Político.
Para colmo de males quien menos autoridad moral tiene para lanzar acusaciones es Juan Ignacio Zavala Gómez del Campo, ese raro y sabio espécimen que se volvió insustituible para los panistas de todos los estratos gubernamentales, y a los que satisfacía con sus sesudas disertaciones, consejos, dictámenes, y uno que otro proyecto producto de su inusitada y valorada experiencia política. Este hombre hizo uso de todas las canonjias de que puede gozar un hermano de una Primera Dama, lo que le acarreó trabajo como pocos consultores en la historia del país. No me imagino cuantos desvelos le hayan costado satisfacer tantos pedidos de la mayor parte de los panistas. Pero es quien menos estatura moral tiene para criticar al dirigente actual del panismo por todo lo que saqueó y sigue saqueando de las arcas públicas. Al tiempo. This email address is being protected from spambots. You need JavaScript enabled to view it.