Si alguien pensó que con la salida de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación del Zócalo de la Ciudad de México a instancias del operativo encabezado por la Policía Federal Preventiva, terminó la estrategia subversiva del ala radical del Partido de la Revolución Democrática, definitivamente se equivocó.
Si bien las organizaciones magisteriales y aquellas que las acompañaron en la protesta contra la Reforma Educativa negociaron la desocupación de la Plaza de la Constitución para que se realice el tradicional “Grito de Independencia” encabezado por el Presidente Enrique Peña Nieto, lo cierto es que la lucha sigue y seguirá en los siguientes meses porque si algo los distingue es el empecinamiento por mantener ocupadas las calles y tomar instalaciones.
Esto constituye un alto desgaste en las estructuras gubernamentales que por un lado dejan de brindar eficientemente los servicios a los ciudadanos, se ven impedidos de instrumentar los programas de índole social, y por la otra mantienen la zozobra de las conductas delictivas que en la mayor parte de las veces protagonizan los liderazgos adversos, quienes de cualquier forma ganan adeptos a causa del descontento por la ineficiencia gubernamental. Pareciera un círculo perverso, pero son las reglas que imponen las estrategias de la subversión: la legalidad en los límites de lo ilegal causando el mayor daño y la disfuncionalidad de las estructuras gubernamentales. Así de simple y efectiva resulta este tipo de comportamientos porque es más fácil provocar la destrucción que mantener la construcción. Sin lugar a dudas estados como Oaxaca, que es el bastión de la Sección XXII de la CNTE, tendrán severas crisis en los siguientes meses.
La subversión es sinónimo de trastorno o destrucción, y se encuentra asociado al término de la rebelión. Antaño se aplicaba a los fracasos del control social y de las estructuras policiales en el control de los territorios. En la actualidad se refiere a los intentos de socavar los cimientos de un sistema de poder como el Estado. Por eso cuando se habla de un posible Golpe de Estado de inmediato se acude a la subversión como la principal forma para causar la destrucción al régimen de que se trate. También se discute mucho la relación entre la subversión y la sedición, que aunque no son sinónimos se encuentran enlazados en fines y consecuencias.
La sedición es el alzamiento que se manifiesta de manera abierta y directa contra la autoridad, mientras que la subversión es más silenciosa y opera de forma encubierta, como es el caso del cerco que tienen planeado la Asamblea Popular de los pueblos de Oaxaca en su nueva versión, y la disidencia magisterial para socavar el orden institucional en el estado con mayor atraso educativo. Habrá que decirlo con todas sus letras, de seguir manteniendo la tónica de la contemplación desde las estructuras gubernativas del país, los subversivos seguirán avanzando en sus propósitos, por lo que resulta predecible que la descomposición social sea la característica de las siguientes semanas en Oaxaca, Chiapas, Guerrero y Michoacán. Como señalé anteriormente, la lucha sigue, y ésa es una máxima que utilizan las organizaciones radicales de la izquierda para anunciar que ahí están. Al tiempo. This email address is being protected from spambots. You need JavaScript enabled to view it.This email address is being protected from spambots. You need JavaScript enabled to view it.