La tan llevada y traída reforma educativa se ha convertido en la piedra del zapato no tan sólo del titular de la Secretaría de Educación Pública, sino de aquellos gobernadores que han tenido que soportar la "herencia maldita" que dejaron sus antecesores, que prefirieron abdicar de su responsabilidad de imponer el orden y la aplicación estricta de la ley
frente al desmesurado crecimiento de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación. Los liderazgos de la CNTE han tenido un desmesurado crecimiento económico, político y delincuencial, también inversamente proporcional al debilitamiento de los gobernantes de Oaxaca, Chiapas, Guerrero, Michoacán y el Distrito Federal. Para decirlo con todas sus letras, estamos frente a un poder fáctico tanto o más pernicioso y poderoso que los representados hasta ahora por las principales televisoras del país.
Emilio Chuayffet Chemor ha sido maestro la mayor parte de su vida. Durante años impartió la cátedra de Derecho Romano en la Facultad de Leyes de la Universidad Nacional Autónoma de México. Sin lugar a dudas tiene el conocimiento y la convicción para transitar al sistema educativo nacional a esos niveles a los que debió haber arribado desde hace muchos años. El problema es que lo que lleva del sexenio al frente de la Secretaría de Educación Pública se ha quedado solamente en la simple declaración. La legislación está ahí, el problema es que las hordas delincuenciales encabezadas por la CNTE no han permitido su instauración e implantación en los estados donde cuentan con su mayor militancia.
Pero no es un problema que solamente la corresponda al señor Chuayffet resolver. Hasta ahora los gobernadores de los estados involucrados no han hecho otra cosa que escurrir el bulto. La ley puede esperar, porque evitar una confrontación está antes que cualquier acto que caldee más los ánimos de los grupos beligerantes porque el destino sería la ingobernabilidad. Para decirlo de otra manera, nadie quiere asumir la responsabilidad de enfrentar y confrontar a las células del crimen organizado en que se han convertido las hordas magisteriales que integran la CNTE, por cierto, de militancia perredista.
No cejarán en su propósito de seguir manteniendo como rehén a las estructuras gubernamentales. Han tenido un relativo éxito y seguirán por el mismo camino tantas veces recorrido porque les ha dado resultados. Francamente no se qué espera el Gobierno Federal para utilizar a la Policía Federal Preventiva para resguardar el orden. México requiere decisiones que le otorguen certeza y viabilidad, y la educación tiene que estar en el centro de todas las acciones. Si queremos enderezar el rumbo hay que pasar por encima de los escollos, y eso significa que nada puede ni debe detener la marcha del país. Hay que pasar por encima de los opositores porque el interés general es y tiene que seguir siendo el principal objetivo. La cárcel es el destino de los delincuentes, y las hordas magisteriales opositoras al diseño de un mejor futuro para los mexicanos pudieran ser huéspedes distinguidos si existe decisión para la aplicación estricta de la ley. Al tiempo. This email address is being protected from spambots. You need JavaScript enabled to view it.