Por años, hemos demandado acabar con el dispendio en el gobierno y el exceso de burocracia y hoy parece que finalmente nos harán caso.
Andrés Manuel López Obrador, virtual presidente electo de México, ha tenido una actividad incesante, marcando la agenda y poniendo en ella su llamada cuarta transformación, una serie de temas que vale la pena sopesar su conveniencia y oportunidad
El sexenio de Lopez obrador, ya ha iniciado, encaminado a la creación de un nuevo gobierno, un nuevo régimen político o la construcción de una nueva república.
Conferencias, reuniones, discursos, nombramientos y propuestas de reformas, han marcado el periodo de transición en estos 19 días, como el anunció de los 50 lineamientos de austeridad con los que habrá de trabajar una vez que tome posesión el próximo 1° de diciembre.
Un largo listado de buenos propósitos, contra la corrupción, el dispendio y el abuso de los que estamos cansados pero que tendrá que analizarse su eficacia y viabilidad legal
En el plan de austeridad, se precisa: “Todos los programas y estructuras implicados en oficialía mayor y oficinas de prensa, se centralizarán en una sola unidad o coordinación.
Me preocupa, medidas concentradoras de poder, una sola oficialía mayor, una sola oficina de comunicación social y un súper delegado en cada estado, a través del que pasaran los dineros de la federación, estructura de poder enorme de los hoy llamados Virreyes.
Cambios sin duda positivos y largamente esperados, pero, no toda la austeridad tiene impacto en la corrupción, incluso la podrían propiciar.
Llama especialmente la atención el rubro del recorte al gasto: disminución del sueldo al Presidente, reducción de sueldos a altos funcionarios públicos, reducción en 70% el personal de confianza.
La estimación es que se eliminen seis mil plazas de altos funcionarios, en todas las dependencias y además podría haber un recorte total de plazas de confianza de más de 186 mil, si se cumple el objetivo de reducirlas en 70 por ciento, de acuerdo a cifras del Censo de Gobierno del 2017
Con la gran mayoría estoy de acuerdo, pero como todo ajuste, tiene sus bemoles y aquí hablamos de desempleo y de las consecuencias respecto a la eficiencia del próximo gobierno.
Preciso subrayar que si bien, López Obrador ya dijo el qué, no ha dicho el cómo, y allí puede estar el secreto, pues dentro de sus promesas está la generación de empleo y No el despido masivo de la burocracia, que bien o mal (más mal que bien) hacen caminar el aparato del estado.
De ahí la importancia de esperar a saber el cómo.
Agreguémosle que Lopez obrador ha planteado la descentralización gubernamental, la propuesta apunta que solo Defensa, Marina, Gobernación, Relaciones Exteriores y Hacienda seguirían en la Ciudad de México, el resto, serán reubicadas en todo el país.
La pregunta es, ¿cómo se logrará esta “mudanza gubernamental”?, ¿a qué precio?, ¿qué pasará con los trabajadores de esas dependencias?, ¿tendrán que emigrar junto con ellas o quedarse sin empleo?, si emigran, les representara, una mudanza, buscar un lugar para vivir, reubicar escolarmente a los hijos, y ¿si sus parejas también trabajan?, ¿hay suficiente vivienda para los nuevos migrantes?
Anticorrupción y austeridad, medidas sin duda importantes pero, como le digo, tendrá que analizarse su eficacia, ¿cuáles requieren modificaciones legales? y ¿cuáles son de impacto?
La cuarta transformación ya está en marcha, al menos en el enunciado.
Hoy se terminan las vacaciones de AMLO y veremos si se acaba con las especulaciones y se da más certidumbre, ¿cuánto va a cambiar la vida del país?
¿Quién pone orden en la casa?
FB: Paco Ramirez
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