Arrancamos el año, regresando de vacaciones y de frente contra un muro de realidad, “La cuesta de enero”.
Un primer fin de semana particularmente violento con 123 homicidios reconocidos oficialmente. Actualización del Impuesto Especial sobre Producción y Servicios, IEPS, que se aplica a bebidas azucaradas, tabaco y gasolinas, en este último renglón, el incremento aún no se refleja, se está aguantando, pero finalmente impactará en los precios de cientos de productos más.
La salud de la sociedad mexicana amenazada aún por un covid-19 y sus variantes, Delta y Ómicron principalmente, la inacción y desestimación de las autoridades que ha llevado al relajamiento de los protocolos de la población en general, que cree que al estar vacunada ya no corre ningún peligro.
Afortunadamente, la vacuna ha servido como escudo protector, aunque hay millones de mexicanos que aún no son inoculados.
Como hace un año, después de las aglomeraciones de las fiestas decembrinas, volvemos a tropezar con la misma piedra y estamos lamentando un aumento acelerado y consistente de contagios, que nos llevó este jueves a más de 20 mil en un solo día, lo que no ocurría desde agosto pasado.
Pero no todo en el horizonte es negativo, considera Sofía Ramírez, presidenta de ¿México Cómo Vamos?
Apunta que el aumento al salario mínimo en un 22% a partir del primer día del año, producto de un acuerdo tripartita entre patrones, gobierno y trabajadores, permite recuperar el poder adquisitivo al nivel de 1985, lo que aleja el peligro de padecer presiones inflacionarias.
Pero la inflación de 7.5% alcanzada en diciembre, merma el poder de compra del consumidor común y opaca la eficacia del aumento en los ingresos de los trabajadores, eso sin contar que 6 de cada 10 empleos en nuestro país, son informales; y que más de 50 millones de personas no tienen los ingresos necesarios para adquirir los tres alimentos del día.
Tan sólo el incremento en el IEPS, será una presión inflacionaria adicional.
La misma Sofía Ramírez nos explica que el gasto social está generando presiones en las finanzas públicas, es decir se tienen muchos programas sociales que muy pronto ya no será posible financiar.
Se está actuando a favor de los más necesitados con becas y pensiones, sí. ¿Pero a qué costo? Y del incremento en la pobreza mejor ni hablamos.
El panorama económico para este 2022 no pinta bien, como no pintó en 2021 y los resultados ya los vimos, Pandemia, inflación, desempleo e inseguridad.
Es de Vergüenza anunciar que 2021 cerró con un estimado de 51 mil mdd en recepción de remesas, y que "esto es lo que nos sacó del hoyo".
De vergüenza aceptar que estábamos en el hoyo, de vergüenza marcar las remesas como mérito propio y de vergüenza cerrar los ojos ante la penosa realidad de millones de mexicanos que tienen que migrar para subsistir y salvar a sus familias y salvar a México, ante la falta de oportunidades en su propio país
No es posible esperar cambios favorables en los rubros de urgente atención, si no se deja de mentir.