A través de una carta Felipe Arizmendi, obispo de la Diocésis de San Cristóbal, Chiapas, reveló que el presidente Enrique Peña Nieto y su esposa, Angélica Rivera, serían padrinos de boda de Manuel Velasco, gobernador de Chiapas, y Anahí.
Luego de que se diera a conocer a través de las redes sociales que la boda se celebró de manera sorpresiva este 25 de abril, alrededor de las 8:00 horas, con el fin de evitar cualquier manifestación contra los novios, se dijo que este fue el motivo por el cual tanto el mandatario federal como la Primera Dama no fueron los padrinos.
“Ya no vino el Presidente de la República, sino que fueron padrinos unos familiares de los contrayentes. La boda se inició con las puertas cerradas de la catedral, por precaución y para lograr un ambiente sereno, pero al final se abrieron y los nuevos esposos salieron por la puerta principal”, decía la carta.
De acuerdo con Arizmendi Esquivel, la primera fecha que se tuvo contemplada fue el 11 de abril, con la presencia de Peña Nieto y Rivera, en San Cristóbal, pero previendo diversas manifestaciones de inconformidad se decidió cambiar la sede y fecha a la catedral de Tuxtla Gutiérrez, el 2 de mayo.
Sin embargo, cambió de parecer pues la publicidad hecha de la boda, hacía prever manifestaciones de personas inconformes, por lo que se descartó el 2 de mayo y se adelantó para el 25 de abril en la misma sede, es decir, la catedral de San Cristóbal.
“Se llevó a cabo en un ambiente sereno y pacífico y sin alteraciones externas, con una noble y digna sencillez, con la participación de sólo unas 60 personas, la mayoría familiares de los novios, en un espíritu religioso y no mundano. No fue un espectáculo social ni político, sino una celebración litúrgica”, afirmó el obispo.
Además, dio algunos detalles de la ceremonia, por ejemplo, que en un principio se esperaba que la orquesta sinfónica de Tuxtla Gutiérrez tocara durante el enlace, pero finalmente fue la marimba de la Familia Díaz la que participó con cantos litúrgicos.
El clérigo dijo que antes del evento religioso, la pareja estaba nerviosa, pero el ambiente logró apaciguar los ánimos de Velasco Coello y Anahí, quienes se veían felices, disfrutando de un momento en comunión, y no como una reunión social o político.
Expresó que se cumplieron con todos los requisitos que exige la Iglesia católica para celebrar la ceremonia y a pesar de que muchos no vieron con buenos ojos que él presidiera la misa, para evitar se interpretara como un compromiso político de la Diócesis, lo hizo porque “los contrayentes son católicos” y solicitaron la celebración como un sacramento de fe.
“La Iglesia a nadie excluye, y tratamos de atender pastoralmente a todos los creyentes, ricos y pobres, santos y pecadores, de cualquier color partidista. El corazón misericordioso de Dios se debe reflejar en una actitud abierta ante todos los fieles”, manifestó.
Pidió a quienes criticaron el enlace matrimonial y se burlaron de los contrayentes a procurar “no colaborar a este ‘terrorismo’ de habladurías y evitemos reenviar cuanto nos llegue, si es que daña a la comunidad y destruye la buena fama de las personas”.