El presidente Enrique Peña Nieto firmó la promulgación de la reforma energética en Palacio Nacional, acompañado de los líderes del Congreso de la Unión.
Con la firma del presidente Enrique Peña Nieto, quedó completo el proceso para poner en marcha la apertura del sector petrolero, electricidad y otras fuentes de energía, al capital privado, lo cual representa el mayor cambio al sector de los hidrocarburos en los últimos 75 años.
El presidente dijo que "a la brevedad" enviará las iniciativas de las leyes secundarias para completar la reforma, cuyo plazo de aprobación por parte del Congreso es de 120 días, a partir de su publicación en el Diario Oficial de la Federación.
A su entrada al patio de honor del Palacio Nacional, Peña Nieto fue recibido por una ola de aplausos de los asistentes, entre los que estaban gobernadores, secretarios de su gobierno y los presidentes de las Cámaras de Diputados y de Senadores.
A la promulgación de la reforma acudieron faltaron algunos de los gobernantes del Partido de la Revolución Democrática (PRD) -el principal opositor de izquierda- Arturo Núñez, de Tabasco, y el Jefe de Gobierno del DF, Miguel Ángel Mancera. El gobernador de Morelos, Graco Ramírez, sí estuvo presente.
Otros ausentes son el líder nacional del Partido Acción Nacional (PAN), Gustavo Madero, uno de los impulsores de la reforma, así como el dirigente del PRD, Jesús Zambrano, principal opositor a la reforma constitucional de los artículos 25, 27 y 28.
Quienes sí asistieron fueron los líderes de los partidos: del Partido Revolucionario Institucional (PRI), César Camacho, del Partido Verde Ecologista de México (PVEM), Emilio González, y de Nueva Alianza, estos dos últimos aliados históricos del partido gobernante.
A unas horas de volver de Turquía, el mandatario encabezó en Palacio Nacional el acto oficial de promulgación de la reforma, que permite que el Estado celebre contratos con empresas nacionales o extranjeras para la exploración y extracción de hidrocarburos, una tarea exclusiva del gobierno desde la expropiación petrolera de 1938.
La reforma es una realidad a 13 días de que fue presentado el proyecto de dictamen en las comisiones del Senado, como cámara de origen. En un debate de menos de cuatro días fue aprobada, con el rechazo de la izquierda, y enviada a la Cámara de Diputados, donde fue aprobada un día después.
Seis días después, el 18 de diciembre, el diputado Ricardo Anaya, presidente de la Cámara baja, emitió la declaratoria de constitucionalidad, luego de que 24 congresos locales, más del mínimo requerido (16) dieron su aval.
Desde Turquía, donde realizaba una visita de Estado, el presidente dijo que tan pronto como regresara a México promulgaría la ley para publicarla en el Diario Oficial de la Federación.
Para Peña y los impulsores de la reforma, esta modernizará el sector petrolero y eléctrico, además impulsará el crecimiento económico, generará empleos y bajará el precio de los energéticos.
Sin embargo la izquierda, encabezada por el PRD, asegura que los cambios constitucionales a los artículos 25, 27 y 28 que contiene la reforma es un paso a la privatización del sector, y ya preparan una serie de recursos legales para tratar de derogarla.
Mientras el presidente promulgaba la reforma, el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) realizaba una conferencia para anunciar las líneas de acción jurídica que implementarán para impugnar la privatización del petróleo.
El presidente del PRD, Jesús Zambrano y el fundador del partido, Cuauhtémoc Cárdenas esperan revocar la reforma a través de una consulta ciudadana que se realizaría en 2015.