Francesco Tonucci es un investigador y pedagogo italiano, actualmente es una autoridad en el campo de la educación. Su modelo está basado en el valor de la participación y el respeto a los niños.
Este investigador nacido en Fano hace 80 años, ha sido galardonado en diversas ocasiones; por ejemplo, recibió de parte de la Junta de Andalucía la Medalla de Oro al Mérito en Educación en el año 2012; la Universidad de Oviedo le otorgó el grado de Doctor Honoris Causa en consideración a los méritos que ha acumulado a lo largo de su carrera en el ámbito de la educación y la defensa de la infancia.
Este pedagogo, ha realizado diversas investigaciones relacionadas con el comportamiento y pensamiento de los infantes en sus diversos ámbitos: el familiar, el escolar, el social y el ciudadano. El objetivo de sus estudios es atender a los niños desde lo que son ellos mismos.
“Frato” Tonucci, como también es conocido, conceptualiza que la labor principal de la escuela, tiene que estar ajustada a las necesidades de los niños; en la cual se haga más en menos tiempo. No puede ser que tras seis horas de clase los niños lleguen a casa con deberes. Los niños tienen que hacer cosas en casa, pero cosas que sepan hacer ellos solos. Si todos los niños hacen las mismas actividades y ven la misma tele, luego en la escuela no tienen nada que contar a sus compañeros.
Es por eso, la relevancia de conocer la visión de este catedrático, en la situación actual, entendemos que los conceptos de enseñanza- aprendizaje se ha visto modificado en los últimos meses. Si bien nos ha tomado de sorpresa a todos el homeoffice el homeschool nos llegó a cambiar la vida y mostrarnos graves debilidades formativas y de seguimiento.
Este Científico de la infancia, ha manifestado que en los momentos actuales de encierro, el no poder salir no es lo peor que le pudiera pasar a los niños de esta generación; ya que lamentablemente tampoco antes salían. Los niños desean salir y solo pueden hacerlo de la mano de un adulto.
Considera que los infantes sienten mucho la falta de la escuela, es decir, no de los profesores y los pupitres, sino, la falta de los compañeros. Nos expresa que la escuela era el lugar donde los niños podían encontrarse con otros niños.
Sentencia que los chicos son diferentes uno del otro, y que las escuelas deben de plantear, para estos momentos una propuesta educativa democrática y eficaz, tenemos que hacerla para diferentes y no para iguales, de ahí que se vuelva un tema prioritario. En esta nueva realidad el propósito de la escuela y la familia en conjunto, debe ser que los chicos manifiesten sus aptitudes, vocación y talento para estar en condición de ofrecerles los instrumentos adecuados para desarrollar hasta el máximo nivel posible, sus capacidades.
El autor de “Con ojos de niño“, ha planteado activar una escuela que tiene que hacer propuestas a los alumnos encerrados en casa, en donde se concientice a nuestros hijos que lean un libro, lo cual debe ser un regalo, no una tarea. Hay diversas formas, eliminar lo monótono, por ejemplo la lectura colectiva, en donde toda la familia participe; se plantea organizar un teatro, el cual tenga su horario y su lugar en la casa, y un miembro de la familia lee un libro como si fuera una telenovela. Media hora todos los días.
Sin duda, es necesario que los padres tengan que estar insertos en estas dinámicas, por ejemplo el visualizar las áreas de los espacios físicos de la casa puede hacer una experiencia de geometría. Este profesional de la pedagogía está convencido de que se puede aprovechar la riqueza que tenemos ahora, la casa y la disponibilidad de los padres. Involucrar a los abuelos en este nuevo modelo, con una llamada telefónica, pueden aconsejar juegos, ellos son expertos; pertenecieron a la generación de cuando los juegos había que inventarlos.
El estar en una institución educativa es una experiencia muy valiosa de por sí, al ser éste un centro en el que se encuentran diversidades se enriquece la formación y el carácter de los niños; tenemos que estar preparados y demandar una nueva academia, la cual se centre en esta nueva realidad, que se den los elementos para educar para la vida. Nuestros hijos deben de estar preparados para enfrentar nuevas condiciones que el mundo vive. Una propuesta igual para desiguales.
Francesco Tonucci, es un investigador sensible y optimista le da valor al niño y de ahí formula su sentencia: “Es importante tener confianza en la competencia y la capacidad de los niños, en lo que saben, y escuchar su mundo interior, toda esa información y esos saberes que traen consigo a la escuela”. Por lo que ahora más que nunca, seguro estoy, hay que escuchar a los niños y confiar en ellos.