Al Doctor Gatell le faltó humildad y congruencia y le sobró arrogancia, humildad para aceptar que ni es el mejor científico de México en materia de pandemias ni puede engañar a todos, como al presidente, consintiendo que cree que es la panacea para resolver o atender el problema de la pandemia. Si bien el tema es irresoluble, si se pudo haber evitado la cantidad de muertos que le ha costado a México, congruencia para quedarse en casa.
El tema es que por mantener en el error al presidente, el Doctor Gatell no tomo la decisión más acertada en materia de pandemia, tan simple como apoyarse en las instituciones, porque para eso existe desde fechas anteriores, el Consejo Nacional de Salud, órgano colegiado y autoridad científica para tomar decisiones trascendentes y oportunas en la materia, pero como el presidente lo infló como al gran científico, hoy en la práctica, insuflado de vanidad no se atreve a corregir asumiendo que todo el año estuvo equivocado y que es el Consejo Nacional de Salud el encargado de tomar las decisiones necesarias ante el COVID. Pero no fue así, temiendo quizá que se reconociera a ese órgano antes que a él hoy, se ha refugiado en la triste y lamentable posición de ser solo un pobre cuenta chiles,
Partiendo de la realidad evidente que nos atropella, porque el Estado fracasó en las políticas públicas de salud, solo queda ser humildes y corregir antes de que continúe creciendo el numero de muertos por Covid, arrogancia que se hizo manifiesta con la reacción del Doctor Gatell ante el pronunciamiento de los exsecretarios de Salud al ofrecerle sus reflexiones y posibles soluciones que él morénicamente ignoró, mofándose de ellos.
Antes de que continúe la mortandad, ya debiera convocar al Consejo Nacional de Salud, integrar a su seno además a las asociaciones de laboratorios, de hospitales privados, colegios de médicos y hasta un representante de la Organización Mundial de la Salud y tomar decisiones colegiadas basadas en análisis científicos, no en ocurrencias y así y solo así dar seguimiento puntual a las decisiones y corregir las decisiones tomadas cuando sea necesario. Y no como lo ha estado haciendo todo un año, insuflado en su manto de “el científico del país” influido quizá por la lectura de García Márquez del amor en tiempos de Cólera.
La arrogancia cuesta muchos muertos Doctor Gatell, es el momento de humildad y modestia en nombre de la salud de los mexicanos, sus malas decisiones cuestan vidas humanas, nunca nadie en ningún cargo de responsabilidad epidémica, mintió tanto para conservar el puesto y congraciarse de su jefe, a costa de la vida de su pueblo. Corrija el rumbo y, comprométase con los mexicanos, antes que con su jefe, asuma su responsabilidad histórica.
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