La Junta de Gobierno de la UNAM, dio a conocer los nombres de la terna que designó la rectoría para ocupar la dirección del Instituto de Investigaciones Jurídicas (IIJ),
en orden alfabético, presentándolos como doctores en Derecho sin que todos tengan el grado: Doctor César Astudillo Reyes(cédula profesional de licenciado en Derecho número 5406168; sin cédula de doctor); Doctor Edgar Corzo Sosa (cédula de licenciado en Derecho número 1696105 sin cédula de Doctor) y Doctora Mónica González Contró (con número de cédula de licenciada en Derecho 2948642 y 10899650 de Doctora en Derecho).
Imagine a un padre dándole la mejor educación a su hijo, alcanzando a titularse de médico, luego especialidad en medicina, oculista quizá, con prestigio y reconocimiento en su rama, pero que cuando se enferma su padre, éste recurre a otros médicos, menos a su hijo.
Eso sucede en la UNAM, la reciente titular de la oficina del Abogado General es egresada del ITAM, tampoco es egresada del Doctorado en Derecho de la UNAM – donde los requisitos para ingresar y egresar, en calidad, se equipará a Harvard – es doctora de la Universidad Autónoma de Madrid, ahora también candidata a dirigir el IIJ. igual que recientemente quien está por terminar su periodo en la dirección del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, es egresado del ITAM y firma como Doctor, pero para efectos legales su grado – si lo tiene – no está registrado en la dirección General de Profesiones, lo que evidencia descuido y desacato a la ley de profesiones, tratándose del IIJ, es inadmisible, aunque no es requisito tener el grado de doctor, el tema es relevante, porque es la institución de investigación jurídica, más importante de México y América Latina, donde la mayoría son doctores en Derecho. Además, son la ética y honestidad intelectual en el cumplimiento de las leyes, a lo que se obligan los estudiosos y expertos en Derecho.
Haciendo un poco de historia, cuando es nombrado Secretario de Educación Pública, Fausto Alzati, quien también fuera director de CONACYT – por cierto, Alzati fue uno de los mejores directores de esa institución – pero firmaba como Doctor sin serlo. Para la comunidad universitaria que sabe el trabajo y esfuerzo que representa obtener un grado, es ofensivo y denigrante presentarse con un grado académico sin tenerlo, más, cuando ha de dirigir a quienes sí tengan grados superiores a la licenciatura.
El rector Graue ha tenido un nuevo – creemos – inexplicable e involuntario tropiezo, al enviar una terna para ocupar el cargo de director del Instituto de Investigaciones Jurídicas, a una profesional egresada de otras instituciones diferentes a la UNAM, acompañada de dos candidatos más, que tampoco han cumplido con la legislación en materia de profesiones, lo que hace suponer que la terna va con dados cargados a favor de la única candidata que cuenta con las cédulas correspondientes, sin ser egresada de la UNAM. En los pasillos de rectoría, consideran que ello se debe a la cercanía y compromisos del Rector con el padre de Mónica González el Licenciado Jesús González Small, compromiso tan fuerte como para tácitamente agraviar a los egresados de la UNAM y de Derecho, pero si quien asuma la dirección fuera uno de los otros dos candidatos, sin cédula de doctor, cuestionados en su ética y honestidad profesional por ello, acaso en el IIJ no hay doctores con cédula, si la Junta de Gobierno los nombra, volvería a subrayar un mal precedente, cuestionable. Así se obligan a la Junta de gobierno a decidir por la única opción con cédulas profesionales que no es egresada o nombrar a quien, como el director actual Pedro Salazar Ugarte egresado del ITAM (cédula Profesional de licenciado en Derecho 2420377 no cuenta con la cedula profesional de doctor) repitiendo así la misma falta, y sentando el mal precedente para los demás institutos de investigación.
Así la honestidad profesional e intelectual resultan irrelevantes, para la Junta de Gobierno y para la comunidad del IIJ. Jorge Carpizo, reconoció que se equivocó en la formación de la primera terna que como rector presentó a la Junta de gobierno de la UNAM, para nombrar director, el de la ENEP Acatlán de entonces y la retiró.
En la terna solo hay un egresado de la UNAM, pero sin doctorado registrado. Lamentable condición para los egresados y lamentable cátedra de “honestidad profesional” en la UNAM. Menudo dilema para la Junta de gobierno.
Se resolverá el entuerto o se dejará pasar un error histórico, evidente retroceso involutivo. Y repetir un precedente para todas las carreras de la UNAM contrario a la excelencia. Sin que ningún miembro de la Junta de gobierno ni de la comunidad del IIJ reclame, comprometiendo así su prestigio. O recompondrán la terna, subsanando el tema de egresados y de cédulas y grados.
Eduardo Sadot
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