Que lejos quedaron los tiempos en que los grandes políticos privilegiaban la civilidad, don de gentes, política de altura,
mujeres y hombres cuya conducta y calidad ejemplares invitaban a emular su conducta, ingenio, habilidad, inteligencia y, hasta un fino sentido del humor, que salpicaba las anécdotas elegantes y finas en el ejercicio del poder.
Esas anécdotas finas y elegantes que llenaban los espacios de los diarios, con el actuar cotidiano inteligente, del buen decir y el mejor hacer, eso que hoy solo leemos en las crónicas de otras épocas, cuando los señorones de la política decían lo que debían decir, con tacto, elegancia y hasta sarcasmo. Con oficio político.
Aquellos políticos que eran capaces de destrozarse, de matarse – porque los hubo asesinos entre ellos – pero que respondían a un código de conducta convenido y respetado, asistir a sepelios y hasta proteger a las viudas – que eran capaces de saludarse y abrazarse en público, desearse éxito, hasta felicitarse y sonreír ante las cámara frente a la prensa y desorientar al más pintado, observador, columnista o crítico, Esos que frente a las cámaras dibujaban una sonrisa y un abrazo, mientras que entre dientes se mentaban la madre y se lo decían frente a una multitud, sin que nadie de los cientos o miles de observadores se dieran cuenta o si se daban cuenta admiraban aquella famosa frase que describía el don entre los políticos de “el arte de comer caca sin hacer gestos”
Esta semana el presidente del PRI Alejandro Moreno Cárdenas sorprendió a los senadores de la República priístas, cuando se apersonó en la reunión plenaria previa al periodo de sesiones que celebraban.
Alejandro Moreno sin previo aviso y en atención a ser el presidente del PRI, se presentó y saludo a los senadores que se encontraban ahí.
Si consideramos que son senadores priístas, al menos institucionalmente, aunque algunos han manifestado sus diferencias con la dirigencia que encabeza Alito, la reunión es con todos los senadores del PRI, pero ¡oh! sorpresa a Osorio Chong le salió lo novato, se proyectó al más puro estilo morenista – estará ensayando un nuevo look morenista – No aprovechó el momento para ventilar los temas nacionales y comprometer y comprometerse, los versados en política se pregunta por qué rehuyó un tête-à-tête frente a Alito, acaso le tuvo miedo. Declaró ante algunos periodistas un argumento pueril y simplón, que no había sido invitado y no estaba en la agenda, de veras de risa loca, cómo el líder del senado en la oposición del PRI, declara públicamente que no estaba programado, pero lo repite como argumento, si eso le hace al líder de su partido, ya nos podríamos imaginar que le hace a Juan Pueblo, resulta que ni soñando se puede ver al senador de la república, porque no era el presidente actual del partido quien lo postuló para ése cargo, olvidó el concepto de institucionalidad que tanto se critica al actual régimen.
Indudablemente a Osorio Chong lo sorprendió y no supo que hacer, así de simple, y fácil se lo comió Alejandro Moreno. Pero nos preguntamos cómo fue eso posible, cómo un exgobernador, exsecretario de gobernación, exdiputado y actual senador de la república, no aprendió las enseñanzas de los grandes hidalguenses, maestros de la política. Salió corriendo, como dice la vox populi como “las chachas” seguido por sus secuaces, Chong perdió el estilo, perdió la galanura, una salida precipitada, como decía el maestro cronista taurino Pepe Alameda “el toreo no es graciosa huida, sino apasionada entrega” la Política para Osorio Chong lo exhibió como un gracioso huyente, eso explica como Videgaray se pitorreaba de él y le comió el mandado. Decepcionante, entonces por eso nunca fue candidato a la presidencia, no lo merecía.
Eduardo Sadot Morales
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