El refrán completo dice “solo el que carga el morral, sabe lo que lleva dentro” al término del primer año de gobierno
y comienzo del segundo solo la presidente sabe la verdad del ejercicio del poder.
Desde más – mucho más allá – de las rejas que dividían el pódium donde hablo en el zócalo la presidente, se ve la presidencia y a su círculo de poder muy diferente. Una lección fundamental de la universidad para la vida es saber que una cosa es cómo uno cree que se ve, otra cosa es cómo creen uno que lo ven, otra cosa es como se ve y otra muy distinta es cómo lo ven los demás. Ha pasado un año y esas cuatro diferencias le parecen irrelevantes a la presidente.
Pero qué le quinta el sueño a la presidente – preferimos escribir con ortografía en lugar de presidenta, porque es un derecho personal respetar las reglas ortográficas – mantener su fidelidad a un hombre o mantenerla a los ideales de un movimiento. Pasar a la historia como la mujer abnegada que llegó a la presidencia para servir a un hombre o para servir a la nación y a su patria. Comportarse como estadista y preservar la verdad o conducirse como fanática o feligresa de una religión, o como una mujer científica comprometida con sus convicciones y fiel a la lucha de otras mujeres por abolir el yugo del poder machista de los hombres o de un hombre al que se ve servilmente acotada.
Qué le quitará el sueño – si es que le quinta el sueño – a la científica en la presidencia, haber declarado que no llegaba sola, que con ella llegaban todas las mujeres en alusión a la unidad de las mujeres en su lucha por hacer mejor las cosas que los hombres, pero cuando la escuchamos hacer distinciones partidistas y asumirse no como jefa de Estado o estadista, sino como fiel adoradora de un hombre, imitándolo, sustituyendo el lenguaje de él con palabras pero con el mismo significado, cuando en lugar de decir “yo tengo otros datos” dice “sin comentarios” ¡una universitaria! ¡Una mujer! ¡Una científica! ¡La primer mujer presidente de México! cómo deja a sus electoras, a sus simpatizantes. La arrogancia e insolencia con que se han conducido personajes como Noroña y Adán Augusto, anuncia la amenaza velada de ¡puedo hablar! Hasta incluido el “modus operAndy” ¿Lo puede soportar una mujer? O lo tiene que soportar en su calidad de mujer, sin que las mujeres que la observan, le reclamen o guarden un silencio cómplice.
Cuánto debe soportar la doctora con esa formación científica, ver la corrupción extrema de Adán Augusto regularizando como notario los evidentes abusos del poder, acaso la presidente se ha pronunciado para siquiera saber en qué notaría se escrituraron los 13 ranchos y hasta el famoso rancho de Palenque, la repuesta es evidente. Es que está amenazada con el fantasma de “la revocación de mandato” Si esa improbable condición se diera, el macuspano previó que su hermano Adán Augusto fuera coordinador de los senadores, teniendo la mayoría, habrían alguien que dudara que de acuerdo a los artículos 85 y 87 el congreso puede nombrar al presidente provisional antes de dos años para convocar a elecciones y sustituto si es después de dos años, así la espada de Damocles pende sobre la cabeza de Sheinbaum, habrá quienes crean que por ser mujer no puede sacudirse el yugo del obradorato, por eso "Solo el que carga el morral, sabe lo que lleva dentro".
eduardosadotoficial
@eduardosadot
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