Los casos ligados a corruptelas en distintos órdenes del gobierno del Distrito Federal en los escasos dos años de la administración del Jefe de Gobierno capitalino, Miguel Ángel Mancera, no han sido pocos e involucran tanto a perredistas, priístas, pevemistas y panistas.
El último caso corresponde al diputado local de Acción Nacional, Edgar Borja Rangel, quien por segunda ocasión se vio involucrado en dos casos de los llamados “moches”, que no son otra cosa que abiertas extorsiones para proveedores al gobierno y a la propia administración con la aportación de recursos que manejan los legisladores.
Ante el escándalo Borja Rangel decidió pedir licencia a su diputación, lo cual es totalmente irrelevante, lo importante sería que por fin en un caso se llevara a cabo una investigación seria y concluyente para castigar a los responsables de corrupción, pero quizá eso sea mucho pedir a la Procuraduría de Justicia del Distrito Federal, que encabeza Rodolfo Ríos.
Seguramente por eso muy orondo Borja Rangel anunció por twitter su salida de la Asamblea de esta manera:
“Solicitaré licencia indefinida a la diputación para que se investigue, deslinden responsabilidades y se acredite mi inocencia. @RicardoAnayaC”.
Claro es que en el PAN, ni por parte del CEN, ni del presidente del Comité Directivo del D.F., Mauricio Tabe, ni por parte del coordinador de la fracción blanquiazul en la Asamblea, Federico Doring, habrá sanción o investigación convincente alguna, tal como ha sucedido a nivel federal.
Seguramente el caso de Borja se sumará a otros más sin castigo como los de la Delegación Benito Juárez (Jorge Romero), también panista; la de las Delegaciones Coyoacán (Mauricio Toledo), Tlalpan (Maricela Contreras) y Azcapotzalco (Elizabeth Mateos) del PRD; o la de Cuajimalpa (Adrián Rubalcaba) del PRI. Y no se podría omitir el caso de Edgar Amador, el renunciado Oficial Mayor del GDF.
Así es como la impunidad, madre de la corrupción, reina en la Ciudad Capital.
Barrios y Ambientes
Muy feliz reapareció el martes pasado Miguel Ángel Mancera tras 18 días de una operación a corazón abierto, nadie pensaría que habría pasado por tal cirugía. Ahora habrá que ver si mantiene el ritmo que acostumbraba, por lo pronto ayer inauguró obras viales de importancia para la capital en compañía de Alfredo Hernández, el secretario de Obras y Servicios.
Las barricadas colocadas en la entrada a Rectoría y en el túnel del circuito vial de CU fueron retiradas pero la tensión derivada de la herida de bala sufrida por un estudiante por cuenta de un agente judicial sigue, al grado de que el Metrobús que cruza la UNAM por Insurgentes va custodiado por medio centenar de policías con equipo antimotín, en patrullas y motopatrullas. A ver si esto no se toma como provocación por los grupos radicales y resulta peor el remedio que la enfermedad.
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