Según la Encuesta Nacional de Lectura 2012, sólo 4 de cada 10 personas en México leen. La misma encuesta indica que aunque los mexicanos leen poco, sorprendentemente gastan el doble en libros que en bebidas alcohólicas.
El promedio de libros leídos al año, por mexicano, es de 2.9. A 60% de los jóvenes, sus padres les inculcaron el hábito de la lectura, mientras que a 80% de los mayores de 56 años, no. Sólo 63.8% de los encuestados no tenían hábitos de lectura en su infancia. El 48% de los jóvenes nunca han visitado una biblioteca. Un 42% de la población dedica su tiempo libre a ver televisión y sólo 12% prefiere leer.
Éste es el panorama de la lectura en México.
Nuestro país ha sido culturalmente un país alejado de la lectura. Hace un siglo registraba aproximadamente 82% de analfabetismo, y hoy esta cifra ha disminuido a 6.9%. Pero esto no ha empujado el consumo de lectura, y aún no hemos forjado este hábito.
Justo cuando México se alfabetizaba, la televisión había perneado la vida recreativa de los mexicanos en dimensiones extremas: hoy, a pesar de que la mitad de la población vive en pobreza, 95% de los hogares tienen televisión.
Según cifras de la UNESCO, México es el penúltimo lugar en consumo de lectura de 108 países, en promedio el mexicano consume menos de tres libros al año y dedica tres horas a la semana a la lectura extraescolar –en comparación con Alemania que lee alrededor de 12.
En México sólo existe una biblioteca por cada 15 mil habitantes y una librería por cada 200 mil, de acuerdo con la Encuesta Nacional de Lectura 2012.
La lectura de la población general en México disminuyó de 54.6% en 2006 a 46% el año pasado, es decir, menos de la mitad de la población lee y 40% “nunca ha entrado a una librería”.
A pesar de que la lectura se da en la escuela, que es un asunto estrictamente escolar, no hay construcción de este hábito, no se desarrolla como capacidad de los estudiantes; por eso, nuestra conclusión es que al salir de la escuela los jóvenes dejan de leer.
A pasar de que la lectura en las nuevas plataformas digitales aumentó, aún es bajo el porcentaje de mexicanos que leen en dispositivos electrónicos, no pasa del 2%, pero ya aparece. Así que no podemos decir que la caída de lectores de libros impresos se debe a que están migrando. Simplemente han dejado de leer.
Los libros seguirán empolvándose en los anaqueles de las librería, bueno, eso si en sus propósitos no enlistó la lectura diaria. ¿Y usted cuantos libros leerá en 2015?
PD: No lean por convivir. Lean por convicción.