El restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre Estados Unidos y Cuba, que pondrá, definitivamente en aprietos a las corrientes turísticas hacia el caribe mexicano (Cancún, principalmente), pone en el tablero de la polémica qué hacer en este ramo para la capital del país.
La problemática turística en la otrora llamada "Ciudad de los Palacios" no ha variado y, por el contrario, se ha agudizado sin que se haga algo al respecto de parte del propio Gobierno del DF o de la Secretaría de Turismo federal.
De entrada, la capital tiene un déficit de habitaciones, la cual se refleja en que no se cubre la demanda con hoteles de mediano y alto turismo. Muchos hoteles de paso se han habilitado, sobre todo no los fines de semana, para ofertarse y ofrecer opciones a los visitantes.
Otro problema es que el aeropuerto capitalino es un cuello de botella. Las autoridades de la Secretaría de Turismo federal no han comprendido que el problema no se resuelve con más salas de espera, sino que no hay suficientes pistas de aterrizaje o despegue de las aeronaves. Se ha planteado un nuevo aeropuerto, pero, conforme al plan expuesto por el presidente Peña, se pondrán hasta el final de su régimen las primeras piedras de lo que será un súper proyecto que suena a quimera y de pronta atención a la urgencia inmediata en este campo.
Desde luego que la inseguridad prevaleciente en la Ciudad de México, es otro factor. Por más que se asegure que se han bajado los índices, la realidad es otra: los asaltos, los robos al patrimonio de los capitalinos, visitantes nacionales y extranjeros, son cosa de todos los días y, muchos de ellos no levantan acta ante el Ministerio Público, por la pérdida de tiempo que ello implica. La autoridad se escuda en que, conforme a los hechos denunciados, hay una baja, pero la verdad es que no es así. En conversaciones personales, todos hemos sufrido un robo, asalto o la pérdida de una autoparte o un cristalazo en los automóviles, pero ninguno de nosotros ha acudido a denunciarlo, sabiendo que no se castigará ni se hallará a los malhechores.
Un detalle que parece insignificante, pero es grave ya que, como la capital se denomina Ciudad de México, o simplemente México, los hechos delictivos en todo el país se le adjudican a esta ciudad, por lo que el hecho de que no se le haya diferenciado por los legisladores, se sigue cargando con este mal fario. Y desde luego, esta situación afecta.
Los expertos del tema, no los que cobran un sueldo, sino los empresarios del ramo, establecen también que si una ciudad como ésta quiere tener grandes flujos de visitantes, tiene que tener un turismo carretero.
Ha sido un error presuponer el que, a todos los conductores o propietarios de vehículos con placas del interior del país, se les considere como potenciales delincuentes y la tramitología que se tiene que realizar con ellos, con verificaciones, permisos, etc., es demasiado complicada que empieza a convertirse en un viacrucis para los potenciales turistas hacia acá.
El gobernador de Puebla, Rafael Moreno Valle, por citar un caso, cerró verificentros para poder dar el aval para que los propietarios de autos de su entidad puedan circular en el DF, tan sólo porque quiere beneficiar a un incondicional suyo. Las fichas para verificar se dan a las 3 am, con lo cual la situación favorece la corrupción, naturalmente.
¿Por qué no las autoridades de la Ciudad de México, en coordinación con el Estado de México, por citar un caso, colocan oficinas de información tras el paso de casetas, para orientar al visitante? ¿Por qué en estos mismos lugares se ubican a vendedores de seguros que les brinden una póliza integral que los ampare por accidentes viales, con gastos médicos, tener auxilio vial, etc.?
Naturalmente, el secretario de Turismo local, Miguel Torruco, no tiene idea de lo que sucede en este sector y anda promoviendo un turismo médico, creyendo que la Ciudad de México es Houston, Texas. Vaya que está equivocado este personaje.
El asunto de los aprietos en que pondrá el restablecimiento de las relaciones diplomáticas de Estados Unidos y Cuba, al Caribe mexicano, será abordado en posteriores columnas por este reportero.
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